Veinte años de la muerte de Soto Vargas en la Maestranza

El domingo 13 de septiembre de 1992 , la plaza de toros de la Maestranza volvía a vestirse de luto por segunda vez ese mismo año. El subalterno Ramón Soto Vargas, que ese día actuaba a las órdenes del novillero Leocadio Domínguez , era corneado a la salida de un par de banderillas, sufriendo un puntazo a la altura del corazón que resultó mortal de necesidad.

Eran las ocho y diez de la tarde de aquel domingo cuando Soto Vargas, que el día anterior había actuado a las órdenes de su paisano Curro Romero en San Fernando (Cádiz), en el festival homenaje a Camarón de la Isla, se perfilaba para dejar un par de banderillas a «Avioncito» , un astifino novillo del Conde de la Maza.

A la salida del par el astado apretó, a la altura del tendido siete, e hizo por el subalterno, que cayó para atrás. «Avioncito» tan solo pudo hundirle «la bellota» del pitón -la punta- a la altura del pecho . Incluso se levantó Soto Vargas pero en cuestión de segundos se desplomó, siendo llevado a la enfermería, en volandas, por sus compañeros.

La espera a las puertas de la enfermería hizo temer lo peor, algo que confirmó Ramón Vila , entonces cirujano jefe de la plaza de toros de Sevilla, pasadas las once de la noche: Soto Vargas había fallecido.

«Creímos que era un rasguño»

El propio Vila señaló que «cuando vimos la cornada, creímos que era un rasguño. Tenía una abertura del tamaño de una moneda de 25 pesetas . El problema ha estado en que sangró muchísimo. Ha habido un momento en que estaba para ser trasladado, pero de nuevo se complicaron las cosas y vino el fatal desenlace. No han sido los destrozos de Montoliú, pero ya veis en qué ha acabado la cosa».

Y es que la temporada de 1992 fue nefasta para la Fiesta Nacional en general y para la plaza de toros de Sevilla en particular. Soto Vargas unía su nombre al de Manolo Montoliú, corneado mortalmente en aquella Feria de Abril, muriendo prácticamente en el acto.

Ramón Soto Vargas, nacido en Camas el 4 de marzo de 1953, tenía 39 años en el momento de su muerte. Era un banderillero de reconocido prestigio que a principios de los años 70 del siglo pasado intentó fortuna como novillero. Como subalterno había formado parte de las cuadrillas de Curro Romero, Rafael de Paula y Antoñete, entre otros.

Soto Vargas pertenecía a una familia dedicada al mundo del toro. Su sobrino, Alfonso Oliva Soto , es actualmente matador de toros. Y hace dos años estoqueó precisamente una corrida del hierro del Conde de la Maza en la Maestranza.