Blas Calzada: «El Gobierno debería eliminar el Impuesto de Sociedades»
El expresidente de la CNMV asegura que el fondo de la economía española «va relativamente bien, aunque no tan deprisa como necesitaríamos»

Blas Calzada (Valladolid, 1937) es un clásico del mercado bursátil español. Y uno de sus más profundos conocedores. Presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores entre los años 2001 y 2004, asumió las riendas del supervisor en uno de sus momentos más delicados, tras el estallido del «caso Gescartera». En la actualidad, preside el Comité Asesor Técnico del Ibex, así como el consejo rector del «Financing Day», un prometedor evento que reunirá en Madrid el 17 y 18 de septiembre a más de 80 pequeñas y medianas empresas con potenciales inversores.
Ha sido la escasez de financiación la que ha impulsado el proyecto, que Calzada ha mimado como a un hijo: «Hemos seleccionado empresas de primera fila» de sectores como la biotecnología, la energía o las tecnologías de la información y la comunicación, con el objetivo de «garantizar el interés de los inversores». La inversión solicitada por las pymes que acuden al evento oscila entre los 500.000 y los 15 millones de euros por proyecto y participarán tanto entidades privadas como públicas, como el Fondo Europeo de Inversiones o el Banco Iberoamericano de Desarrollo. En plena sequía de crédito, la reclusión de los posibles financiadores era el mayor reto pero, asegura Calzada, no ha recibido apenas denegaciones. «Sólo dos, y por motivos de agenda», afirma con orgullo.
-¿Le costó mucho convencer a entidades extranjeras de que vinieran a financiar a empresas españolas ?
-Sí ha costado. La marca España pesa en estos momentos, pero tampoco hay que exagerar. Una cosa es la deuda y otra muy distinta las empresas españolas. Reconozco que no sería capaz de vender títulos de deuda española, pero acciones de empresas, creo que sí.
-Pero no es solo la crisis de deuda, las perspectivas económicas para el país tampoco son buenas...
-La verdad es que yo creo que el fondo de la economía española va relativamente bien, el problema es que no va tan deprisa como necesitaríamos para evitar y solucionar los problemas que tenemos. No hay que olvidar que hemos ganado mucha productividad, entre otras cosas porque hemos creado mucho paro, que no es la mejor de las causas, pero el caso es que las empresas se han ajustado mucho. Sea por la razón que sea, lo que importa es que las exportaciones van relativamente bien. Y ese es el camino que hay que seguir.
-¿Cómo debe incentivarse el crecimiento en su opinión?
-Desde luego, en circunstancias como las actuales, hacerlo con gasto público es un error. De hecho, hacer esto es lo que ha metido al país en la burbuja de deuda en que nos encontramos ahora. Hay que hacerlo a través de iniciativas que estimulen la inversión, pero a gran escala. Yo incluso iría más allá y eliminaría el Impuesto de Sociedades. En mi opinión es clave para salir de la crisis. Aunque creo que mientras haya problemas en las cuentas públicas ningún gobierno se va a atrever.
-¿La clave entonces es atraer la inversión?
-Solamente hay dos vías para retornar el camino del crecimiento: a través de las exportaciones o a través de la inversión. Desde luego, como no se puede volver a crecer es por el consumo. Es una cuestión de lógica, si debemos mucho, no podemos dedicarnos a comprar más aún. Al invertir, sin embargo, aumentaremos el producto y entonces sí podremos consumir más. Pero no a la inversa. Por eso son tan importantes iniciativas como la nuestra. No vamos a sacar de apuros al país pero si este espíritu se consolida, puede resultar un buen sistema para salir de la crisis. El tipo de empresas a las que va dirigido es numerosísimo en nuestro país. El único de sus problemas es que necesitan ganar músculo. Esta es, precisamente, una de las principales fortalezas del sector empresarial alemán en comparación con el nuestro y que tanto les ha protegido de la crisis.
-¿En qué sentido?
-En España tenemos algunas grandes empresas y muchas pequeñas, mientras Alemania tiene una masa muy importante de compañías de un tamaño medio. Eso es lo que necesita España, ganar músculo empresarial.
-¿Se apoya suficiente a las empresas en España?
-Hombre, la verdad es que nunca es suficiente. Pero he de decir que quien tiene que apoyar a la empresa es el empresario. Y absolutamente nadie más. Lo que pasa es que hay ocasiones en que el empresario puede tener las ideas clarísimas pero no tiene acceso a la financiación. Y eso es lo que intentamos hacer.
-¿El sector bancario ya no es una opción?
-Tal y como está la regulación no es sencillo que los bancos concedan créditos a largo plazo o inviertan en valores porque les consume mucho capital. Las últimas regulaciones no han hecho más que aumentar las provisiones, y eso penaliza la concesión de préstamos. La regulación bancaria ideal significa que se dan pocos créditos. Eso es así.
-¿Puede ayudar el llamado «banco malo»?
-En mi opinión el «banco malo» será positivo porque el balance de las entidades quedará saneado desde el punto de vista de los mercados. Se separará lo que está mal de la parte sana y creo que las entidades podrán financiarse más fácilmente y, por tanto, el acceso al crédito para las pymes puede mejorar también.
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