atletismo
Londres 2012: David Rudisha, el keniano que temía a la lluvia
Es el gran dominador y máximo favorito al oro en los 800 metros, donde sólo ha perdido una vez desde 2009

De todos los atletas que buscan la gloria en el Estadio Olímpico, pocos pueden presumir de la superioridad de David Rudisha sobre sus rivales en los 800 metros. Campeón africano en 2010, del mundo en 2011, plusmarquista de la distancia y sólo dos derrotas en tres años. ¿Su mayor enemigo? Un habitual de Londres: la lluvia.
Ése es el elemento común en sus dos últimas derrotas. Llovía en el Olympiastadion en el Mundial de 2009 cuando quedó eliminado en semifinales, y llovía el pasado mes de septiembre en la Nocturna de Milán cuando cayó a manos de un competidor de 17 años que esta noche (21.00 horas) también estará en la final, Mohammed Aman . «Era muy difícil calentar, me sentía muy cansado. Es lo mismo que pasó en Berlín», lamentó después de perder.
Es complicado imaginar otro escenario en el que se pudiera escapar el oro, porque David Rudisha llega en un momento de forma imponente. En las dos últimas reuniones de la Diamond League, el keniano ha bajado la mejor marca del año en el 800 hasta dejarla en 1:41.54, inferior en un segundo y medio a los cronos del resto de sus rivales.
En sus manos está preservar el honor de su país, porque en Kenia no han faltado dominadores de los 800 metros, pero sí títulos olímpicos. Sólo William Tanui (1992) y Wilfred Bungei (2008) han saboreado la gloria en una disciplina que vio pasar a Sammy Koskei , Billy Konchellah (bicampeón del mundo hace dos décadas) o Wilson Kipketer (tricampeón mundial, aunque bajo bandera danesa) sin fortuna.
David Rudisha tiene los genes y la formación. Su padre es Daniel Rudisha, miembro del equipo de relevo largo que se proclamó campeón olímpico en México 1968. Y su tutor el Hermano Colm O’Connell , un misionero irlandés que aterrizó en Kenia como profesor en los años 70 y que terminó convirtiéndose en el instructor de grandes atletas kenianos como el propio Kipketer.
En 2010, batió dos veces en la misma semana el récord de los 800 metros
Su explosión en unos Juegos lleva años gestándose. Una inoportuna lesión retrasó su debut en Pekín, pero desde entonces no ha hecho más que seguir creciendo. En 2010, le bastó una sola semana de agosto para batir dos veces el récord del mundo de los 800 metros (vigente desde 1997) hasta dejarlo en 1:41.01. En 2011, se proclamó campeón mundial en Daegu y en Londres amenaza con ser el primer ser humano que baja del 1:41. Al menos si no llueve.
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