El presidente de Bosco: «Hemos conseguido llamar la atención con el diseño del uniforme»

El presidente de Bosco, el ruso Mijail Kusnirovich , recibe en la escalinata interior de un palacete del centro de Londres, a dos pasos de The Mall y Trafalgar Square. Cortinajes, grandes lámparas, alfombras, decenas de camarareas y seis modelos vestidos con distintas piezas de la polémica equipación para los olímpicos españoles, que bajan las escaleras detrás de él y le flanquean mientras, junto a Alejandro Blanco , presidente del COE, saluda a los invitados. Kusnirovich también viste el polo rojo estampado con dibujos como de paramecios. Su esposa Katherina, rubia, sonriente, e infinitamente más delgada que él, viste el polo amarillo y la chaqueta azul que lleva "España" a la espalda.

Pasea a los invitados por las salas del palacete habitualmente ocupado por la British Academy, retratos de cuyos responsables cuelgan de las paredes de las salas. Aparentemente Kusnirovich sólo ha cambiado las cortinas, sustituidas por sus ya célebres estampados. Azules en el salón ucraniano, rojos en el ruso y rojos amarillos en el español. "Quería que conocierais a esta persona", dice Alejandro Blanco, que cede casi todo el timpo la palabra al anfitrión, que le está muy agradecido por la oportunidad de darse a conocer al mundo al oeste de Rusia a través del diseño e las equipaciones olímpicas españolas: "Hemos intentado aproveccharla del mejor modo", dice Kusnirovich.

Y cree que lo han hecho: "Es un diseño bueno, atractivo, del que estamos orgullosos. Tengo que admitir que en Rusia hay voces que nos critican porque dicen que hemos diseñado algo mejor para España que para Rusia".

No sólo en Rusia. Asegura que la equipación española es la más vendida en las cuatro tiendas de Bosco en Londres, y anuncia que busca ubicación para dos más en España: "Estamos buscando un sitio para abrir tiendas en Madrid y Barcelona, pero es más caro que en Londres. Pese a la crisis, no han bajado los precios como esperaba".

Está convencido de que también se vendería mucho en España: "El diseño puede gustar o no, pero es difícil no reconocerlo, salta a la vista. Teníamos el objetivo de llamar la atención a través del diseño".