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fib 2012

At the Drive-In, inyección de frenesí en el FIB

Los tejanos ejercieron de cabezas de cartel del jueves tras la caída de Florence + The Machine, flanqueados por De la Soul, The Horrors, Pony Bravo...

miguel muñoz

miguel muñoz/javier tahiri

No hay premio sin sacrificio. Y en Benicassim , este yace en el polvoriento camping de arena roja, cubierta de cristales rotos, pedruscos y espaldas blancas que van enrojeciendo en un proceso de mimetización con la tierra parda. En las intempestivas horas de sueño en sudorosas tiendas de campaña. Por supuesto, la habitual horda de británicos etílicos también entra en esta carrera de obstáculos que, eso sí, tiene este año como meta a Bob Dylan, The Stone Roses, Noel Gallagher o New Order . Otro año más, otro festival de Benicassim.

Sin embargo, en esta edición el evento será recordado por una inclusión y una ausencia. El polémico añadido es el de David Guetta como cabeza de cartel el domingo y punta del iceberg del nuevo futuro del festival. La falta, la de Florence + The Machine , cabeza de cartel de la noche del jueves que se cayó a 24 horas del concierto a causa de un problema en las cuerdas vocales de su vocalista Florence Welch. La británica no fue la única baja de último minuto, Bat For Lashes también canceló su recital en el escenario Trident Senses. No importó. Los nuevos dueños de las letras grandes en el programa fueron los norteamericanos At The Drive-In , cuyo concierto hizo que pocos echaran de menos a los británicos.

Entre los bártulos de la banda, humeaba una jarra de café. Lo que puede explicar las contorsiones extremas de Cedric Bixler-Zavala , vocalista. Uno de esos músicos que ni dentro ni fuera de las tablas son capaces de estarse quietos. La misma actividad frenética que le lleva a pasarse toda la extensión de sus conciertos saltando, retorciéndose sobre el suelo o arrojándose sobre el público fue la que le llevó a principios de este año a aparcar ligeramente a The Mars Volta para retomar, junto a su inseparable Omar Rodríguez-López (quizá el guitarrista más marciano del mundo) el proyecto que les impulsó a mediados de los noventa. At the Drive-In, uno de esos grupos que marcó la transición del rock “hardcore” hacia el «emocore».

En Benicassim, la recién reunida banda demostró que siguen en plena forma. La energía incontenible de Bixler-Zavala y esa voz chillona que tanto le caracteriza como cantante fue el contrapunto perfecto a los rugidos de Jim Ward . Y a ello hay que sumar letras delirantes, guitarras que plagan los temas de texturas aleatorias, percusiones frenéticas y «riffs» pegadizos basados en los efectos de reverberación y en afinaciones agudas. Una fórmula que brilló especialmente en «Napoleon Solo» , un tema hecho para el directo. La máxima de At the Drive-In es más alto, más rápido y más fuerte. Cuanto más, mejor. En Benicassim dejaron claro que, a veces, esa filosofía funciona.

Justo después de que los de Bixler-Zavala tuvieran 45 minutos para llevar la música al límite, De la Soul se conformaron con que el público, que por aquel entonces alcanzaba su mayor afluencia de la jornada, pasase un buen rato. Los veteranos raperos, que siempre han criticado al «gansgta» que se puso de moda a la vez que ellos, siempre han reivindicado ese hip-hop de los ochenta, hedonista, refrescante y fuertemente emparentado con el funk y el jazz. Solo diversión.

Y aunque por momentos, los coqueteos de De la Soul con el público fueron excesivos (demasiadas peticiones de manos arriba y coros a todas las letras), su optimismo surtió efecto y puso a buena parte de la parroquia a mover el cuerpo con todo el «flow» que cada uno pudiese sacar de dentro... con considerable ayuda de los numerosos licores de Baco que pasada la medianoche ya habían rondado por Benicassim. Repasaron desde los temas de sus nuevos álbumes hasta su gran éxito, de los ochenta, «Me, Myself and I» , altamente mutado por la improvisación y la agresividad del directo. Funkadelic o los Gorillaz (con los que tienen un par de temas en común) también pasaron por su mesa de mezclas.

Somnoliento horror

Por su parte, The Horrors calentaron el escenario grande a los tejanos At The Drive-In. Sin embargo, su paso fue gélido. Los británicos hicieron gala del sonido post-punk al que han llegado en sus dos últimos discos en los que se basó su repertorio. Sin embargo, los sintetizadores no engañan. Continúan apareciendo como una banda de plástico, a pesar de contar con más contenido que en sus inicios. Pero su recital fue descafeinado y somnoliento, lleno de himnos a medio conseguir como «I Can See Through You» que se quedaban al borde del despegue. Solo su buque insignia «Sea Within A Sea» , lleno de guiños al autorritmo de Neu!, pudo rescatar la debacle del grupo. Pero solo fue un fogonazo. En la noche de Benicassim, The Horrors hicieron honor a su nombre.

Poco que ver con la exhibición de psicodelia que dieron a media tarde los sevillanos Pony Bravo . Si bien su energía encuentra su hábitat perfecto en las distancias cortas de las pequeñas salas frente a los grandes espacios de festivales, el grupo desplegó un espectáculo notable. Su mezcla de cantos indios remojados en ácido con místicas letanías se volcaron sobre un público que, extranjero y nacional, celebró la propuesta. Fue el caso de vaporosos mantras como «El guardabosques» o temas más kraut-rock como una «China da miedo» propia de unos Amon Düül II desenfadados. Pony Bravo cumplió con creces su cometido: no hubo un momento de relax durante su actuación. De eso se trata.

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