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ABC Cultural

Carmen Thyssen lleva obras de su colección a Sant Feliu de Guíxols, pero aplaza su museo

Por el momento, hará una exposición al año en el monasterio de esta localidad gerundense donde la baronesa posee una residencia

Carmen Thyssen lleva obras de su colección a Sant Feliu de Guíxols, pero aplaza su museo EFE

MARÍA GÜELL

«Yo he nacido en Barcelona. Soy catalana , mi padre era catalán de pura cepa y, aunque mi madre nació en Madrid, en mi casa se hablaba catalán ». Así de rotunda se ha mostrado la baronesa Thyssen hoy en la apertura de un espacio que lleva su nombre y que pretende reactivar la economía de este pueblo de la Costa Brava donde tiene una bella mansión y donde murió el barón Thyssen.

Carmen Thyssen ha llevado a Sant Feliu una muestra de su colección particular . Y lo hace en unas dependencias del monasterio que gestiona el Ayuntamiento y que acogen la exposición «Paisajes de luz” De Gauguin a Delvaux» (del 7 de julio al 7 de octubre). El desembarco de 53 piezas de mediados del siglo XIX a mediados del XX ha revolucionado el pueblo.

Esta mañana todavía trabajaban los operarios a contrarreloj para ultimar los detalles de esta sede, que se prevé en los próximos años que sea el Espacio Carmen Thyssen . «Por el momento, vamos a hacer una exposición temporal cada año . Ya estamos preparando una muestra del pintor Josep Amat y tenemos en mente otras propuestas con obra de mi colección, pero no quiero adelantar más», comentaba la baronesa.

Por razones obvias, «el gran proyecto del Museo Thyssen de Sant Feliu de Guíxols queda congelado a la espera de tiempos más saludables», según palabras de Carmen Thyssen, que quiso departir con los periodistas de forma informal en el jardín del monasterio. En la futura pinacoteca, de la cual ya se puede ver la maqueta, está previsto que se ubiquen las obras de la Escuela Catalana de los siglos XIX y XX (obras de Nonell, Casas, Anglada Camarasa, Rusiñol, Tàpies, Cuixart y Miró).

Obras de la exposición

La comisaria de la exposición, Pilar Giró , concreta que se divide en tres grandes bloques: paisaje naturalista, con obras principalmente de finales del siglo XIX; visiones del impresionismo; y parajes del sueño y visiones de la modernidad.

«Hemos querido poner de relieve la internacionalidad juntamente con la pintura catalana de la misma época, de mitad del siglo XIX a mitad del siglo XX», añade Giró. El diálogo entre las obras es otro de los reclamos de este recorrido. Una de las joyas es «Tres amigas», de Ramon Pichot , que entabla conversación con «Interior al aire libre», de Ramon Casas , y «La Paon blanc», de Anglada Camarasa . El espectador disfrutará de piezas como «Mesa en el jardín», de Torné i Esquius, que retrata una estampa cotidiana de una mesa con una enorme tetera y un ramo de flores. Las 53 piezas que podemos observar en el Monasterio de Sant Feliu incluyen artistas americanos, europeos y catalanes.

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