Ventajas y riesgos de comprar deuda española
Los acuerdos de la cumbre no evitarán nuevos sustos, pero los plazos cortos y a vencimiento son interesantes

La deuda española despierta muy diferentes visiones dentro y fuera de nuestras fronteras. Mientras los extranjeros reducen drásticamente su apuesta por España, los españoles siguen invirtiendo . ¿Quien se equivoca? A tenor de lo que ocurrió en la reunión de líderes europeos en la madrugada del jueves al viernes, parece que los extranjeros. El interés del bono a diez años subió hasta el 7% y el viernes cayó hasta el 6,33%. Pero no vayamos tan rápido.
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Al mercado le ha gustado que Europa decida que la recapitalización de los bancos con fondos europeos no pase por los Estados una vez que el BCE se convierta en la autoridad supervisora de todo el sistema financiero, algo que se calcula que ocurra a finales de este año. Y, sobre todo, que los líderes comunitarios hayan accedido a la petición de España y de Italia de que los fondos de rescate compren deuda con el aval del BCE.
No es suficiente
Hay expertos, como Víctor Alvargonzález, de Profim, que creen que esto no es suficiente para que regrese la confianza. Para ello, afirma, se habrían de cumplir tres condiciones : la creación de una supervisión única bancaria europea, que el Banco Central Europeo avale a los fondos de rescate para que puedan comprar deuda de manera ilimitada, algo en lo que, a su juicio, Europa se tendría que haber comprometido de una manera mucho más explícita.
Y, por último, se debería haber establecido un control presupuestario centralizado en Europa. La solución planteada por el Consejo Europeo es positiva, pero incompleta. Por eso, ni la tranquilidad ni el inversor internacional regresarán. Aunque se equivoque porque, cuando estas medidas se pongan en marcha, la deuda mejore.
Pero, como dice José Luis Martínez Campuzano, de Citi, explica: «La cuestión para un inversor no es acertar o equivocarse, sino controlar el riesgo de su cartera. El potencial de pérdidas es muy grande, lo que provoca que los inversores se mantengan muy cautos». «Seguramente los inversores ven esta situación de la deuda española como una oportunidad , pero quizás opinan que no es el mejor momento para aprovecharla, porque no tienen el suficiente colchón financiero», añade.
José Manuel Villamor, de A&G, apunta que, dentro de la renta fija, le cuesta ver activos más atractivos que la deuda española. «Pero no espero un ‘rally’ en ella. Creo que va a haber mucha volatilidad en los próximos meses. La crisis de liquidez no se va a superar mientras no llegue dinero de fuera. Por nosotros mismos no vamos a salir de ésta», asegura Villamor. Y, respecto a esto, como apuntan los expertos del Banco Sabadell, aún hay muchas dudas. Campuzano afirma: «La teoría nos dice que la rentabilidad de la deuda española es atractiva; en la práctica hay problemas».
Como recuerda Martínez Campuzano: aunque se dé apoyo a los países con problemas, no se hará de manera gratuita. En el documento publicado por el Consejo Europeo se hace referencia explícitamente a esa condicionalidad. Y España no está cumpliendo. El déficit del Estado cerró mayo en el 3,41% , cuando el compromiso era terminar el ejercicio en el 3,5%.
Imaginemos que los inversores extranjeros no vuelven a España y que siguen, como augura Fitch, reduciendo su presencia. ¿Qué consecuencias pueden sufrir los inversores que caigan en la tentación de comprar un bono a diez años con una rentabilidad del 6% o, casi mejor, deuda a menor plazo, de entre uno y dos años, a un interés de entre el 4,5% y el 5%? Según Javier Ferrer, director de la mesa de renta fija de Ahorro Corporación, la consecuencia de que haya menos actores en el mercado es la reducción de la liquidez, es decir, que sea más difícil comprar y vender . O que, como apunta Félix López, de Atlas Capital, resulte más caro hacerlo: puede no encontrarse contrapartida cuando se quiera vender. En Italia y Japón, la deuda está principalmente en manos domésticas. El problema de España es que no hay ahorro suficiente para soportar esta situación.
Plazos cortos
Pese a todo, Alberto Matellán, de Inverseguros, cree que la deuda española es una buena compra ahora. Joseba Granero, de Consulnor, aconseja los plazos cortos (menos de dos años), ya que el aplanamiento de la curva española hace que el diferencial de rentabilidad en comparación con los plazos largos no sea muy elevado. Y, además, los plazos cortos tienen menos riesgo. Un inversor conservador debe recordar que lo mejor para su perfil es mantener la inversión hasta el vencimiento, aunque por el camino, la valoración pueda sufrir.
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