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Salamanca pierde el tren

Tras suprimirse las líneas de largo recorrido desde la capital charra, quienes viajen al País Vasco o Zaragoza tendrán que hacer transbordo en Valladolid o en Palencia

Salamanca pierde el tren d.arranz

nunchi prieto

Salamanca se acaba de quedar sin líneas de tren de largo recorrido. Desde el pasado día 17 de junio, ya no se puede viajar directamente -ahora hay que hacer transbordo- desde la capital salmantina al País Vasco o a Zaragoza, ya que los nuevos planes de Renfe obligan al viajero a cambiar de convoy en Valladolid o en Palencia, con los inconvenientes que ello supone, sobre todo, a aquellos que lleven equipaje o que sean personas mayores.

Las reacciones a esta supresión no se han hecho esperar. Así, mientras que la mayoría de los usuarios consultados por ABC, la Federación de Asociaciones de Vecinos (Fevesa) y los sindicatos muestran su disconformidad y oposición a la medida adoptada, el Ayuntamiento de la ciudad considera que en época de crisis «hay que establecer prioridades» y la patronal creen que «el fondo de la cuestión no es si se tiene que hacer transbordo o las frecuencias, sino el tiempo que se invierte en hacer el trayecto».

Los ferrocarriles de largo recorrido realizaron desde Salamanca su último trayecto el 16 de junio. Ese día, representantes de Fevesa se encadenaron a la vía donde estaba estacionado el convoy con destino al País Vasco. Tras ser desalojados, el viaje se inició con unos cuarenta minutos de retraso.

Lejos de aplacar las críticas, el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, «encendió más», asegura el colectivo vecinal con el que mantuvo un encuentro, en el que el líder del la federación, José María Collados, asegura que constató que la decisión «estaba tomada y la posible negociación, cerrada».

Gómez-Pomar resaltó, en su posterior comparecencia ante los medios de comunicación, que las personas que viajen a Barcelona no tendrán que hacer transbordo en Zaragoza -hasta ahora era necesario- y harán el trayecto entre Salamanca y Valladolid en trenes de Media Distancia con horarios ajustados a la salida y la llegada del Intercity, a lo que se suma la creación del billete integrado, cuyo importe pasa de 71,70 euros a 64 euros.

Respecto a las conexiones con el País Vasco, la nueva propuesta «triplica» la oferta mediante enlaces en Valladolid o Palencia y sustituye al servicio que prestaba el tren diurno Salamanca-Bilbao-Hendaya con lo que se logra una reducción de tiempo de viaje hasta de 1 hora y 7 minutos.

La «cerrazón» de Renfe hizo, según Collados, que la federación se manifestara con el respaldado de colectivos de vecinos de varios puntos de la geografía nacional y de cargos públicos del PSOE de Salamanca, pero que contó con la asistencia de apenas un centenar de personas.

Usuarios a favor y en contra

Laura, una estudiante vasca que cursa sus estudios en Salamanca, entiende que «quince minutos de transbordo en Valladolid no es mucho, pero está el inconveniente de tener que cargar con el equipaje. Reconozco que el tren y sus accesos son mucho mejores; el anterior era muy viejo».

Por su parte, Begoña también valora la calidad del nuevo tren y, aunque reconoce que no le afectan mucho los cambios establecidos, sí considera que Renfe podría haber mantenido el trayecto después de tantos años en vigor implantado eso sí, como lo ha hecho, vehículos más cómodos, porque «los anteriores eran muy viejos».

Leónides y Tomás, que viajaban al País Vasco acompañados de sus esposas, expresaron su «malestar» por tener que hacer transbordo en Valladolid. «Cada vez vamos a peor y Salamanca siempre es la perjudicada. No piensan en la comodidad de los viajeros, pero sí en que hay que pagar y, además, llegaremos más tarde», señalaron. Por contra, para otros viajeros, eso sí los que iban hasta Valladolid, los cambios han sido positivos porque se ha incrementado la frecuencia y se han adaptado los horarios.

Reducir «oportunidades»

José María Collados opina que suprimir los trenes de larga distancia se traduce en «reducir las oportunidades de desarrollo de la provincia» y que no tiene sentido «quitar un servicio que lleva más de setenta años». Las nuevas directrices de la empresa ferroviaria son vistas por los vecinos como una decisión que «supone que seamos la única capital de provincia de más de 100.000 habitantes que no tenga trenes de larga distancia lo cual ahondado más en el problema que tenemos en Salamanca, que es la única zona sin electrificar de la vía entre París y Lisboa», señaló. Además, no es la primera vez que Salamanca se ve en una situación de estas características. Y es que en 1985 con el Gobierno de Felipe González se suprimió la línea ferroviaria de la Ruta de la Plata.

Desde la Cámara de Comercio e Industria y de Confaes, su presidente, Juan Antonio Martín Mesonero, sostiene que para que Salamanca «continúe siendo una ciudad de primera línea, es necesario una conexión rápida con el mundo» y que «reducir las opciones de comunicación, es reducir las oportunidades de desarrollo de la provincia».

Más comprensivo se muestra el tercer teniente de alcalde y concejal de Hacienda y Régimen Interior de Salamanca, Fernando Rodríguez, quien opina que en época de crisis «hay que establecer prioridades» y en estos momentos es «que mejore la conexión con Madrid», una ruta que se unirá en noventa minutos cuando se complete antes del año 2015 la electrificación de la línea férrea Medina del Campo-Salamanca-Fuentes de Oñoro.

Por último, los secretarios provinciales de UGT, Agustín Rodríguez, y de CC.OO., Emilio Pérez, expresan su oposición a la medida porque supone «relegar a Salamanca» y conlleva al «aislamiento» y a un «adelgazamiento de la prestación de servicios».

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