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«España está en la buena dirección»

Entrevista con Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano

«España está en la buena dirección» isabel permuy

L. P. ARECHEDERRA Y E. CAPURRO

Enrique Iglesias fue durante dieciséis años presidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Ha ocupado también puestos importantes en Uruguay y en la ONU. Ahora preside la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Una experiencia contrastada que avala una opinión certera sobre estos tiempos revueltos.

—¿Cuál es la situación de Iberoamérica dentro de la crisis global?

—Iberoamérica ha capeado bien el temporal, con economías que han crecido entre el 5 y el 6% de promedio en los últimos años. Y eso ha tenido mucho que ver con dos factores: los países están mejor administrados que nunca y hemos tenido vientos muy favorables para las materias primas provenientes de la demanda china. Hoy en día esos factores están menos presentes. Especialmente porque hay la posibilidad de que se «endentezca» el crecimiento en China y eso afecta al valor de algunas materias primas. Y la crisis europea también afecta. Tenemos una situación menos favorable que la que hemos tenido, por eso las tasas de crecimiento son un poco menores, pero siguen alrededor del 3%.

—¿Hay temor de contagio?

—Es inevitable si hay un ajuste en la economía china. Si, además, la economía europea no reacciona tal y como todos esperamos con mayor rapidez, todo eso tiene que llegar y afectar. Por eso, para nosotros es tan importante que se recomponga la economía europea.

—¿Podría ser Iberoamérica una de las regiones que ayude a salir de la crisis?

—Uno de los hechos importantes que tiene España es que Iberoamérica es la región emergente más grande del mundo occidental y en esa región España está muy bien posicionada. Hay más de 300 empresas españolas trabajando en Iberoamérica en sectores clave. España ha sido el segundo inversor internacional de la región y, en los últimos años, el primero europeo. Eso da a España una relación muy privilegiada de cara al futuro.

—¿Cómo se encuentran las relaciones bilaterales con España?

—España es un gran socio de Iberoamérica y aún hay mucho potencial. Espero que el Gobierno siga estimulando aún más esta relación y que la cumbre de Cádiz sea una forma de hacer un mayor hincapié en esas actividades. Ahora se trata de encontrar la manera de que podamos mejorar la eficiencia y la productividad de las empresas medianas y pequeñas en Iberoamérica.

—¿La decisión de Argentina de nacionalizar YPF no fue tirar piedras contra su propio tejado?

—Es un conflicto entre un Estado y una empresa internacional, y creo que debiera resolverse apelando a los contratos y papeles escritos. Pero esto no puede ni debe afectar a la estrecha relación entre España y Argentina que tiene cientos de años y ha sido ejemplar.

—¿Esto no ahuyenta la inversión?

—Es un tema puntual. No percibo en Iberoamérica una política de separarse de la conducta de atraer inversiones.

—¿Puede sacar Europa lecciones de la crisis que vivió Iberoamérica en los noventa?

—La experiencia de Iberoamérica es interesante aunque ninguna crisis es igual a la otra. Cuanto más se retrasan las soluciones, más costosas resultan las crisis. Se sale con austeridad, reformas y estímulos. Los estímulos para nosotros fueron muy importantes. Implican movilizar el crédito a partir de instituciones bancarias que sean capaces de acudir a financiarse. España está en la buena dirección y me parece correcto lo que han hecho para sanearla banca y, de esa manera, activarla como factor de crecimiento.

—La inyección de dinero a los bancos no tuvo efecto inmediato. A los pocos días la prima de riesgo se disparó. Ahora los auditores han cifrado las necesidades.

—Yo creo que la no reacción del mercado tiene que ver con que no se sabía en concreto cómo iba a operar la ayuda. Hoy se está más cerca de ello. Los mercados están comenzando a reconocer que la ayuda europea vendrá muy pronto. Las estimaciones de los auditores están en un rango apenas superior al que pidió el FMI, que hablaba de 40.000 millones. El de ellos está alrededor de los 60.000 millones. A nosotros nos tocó hacer un ajuste de la banca mexicana que supuso el 19% del PIB. Ahora estamos hablando del 5%. El informe del FMI recoge, además, que la gran banca española internacional está sana y sólida. Es una buena medida para que los bancos se pongan en pie y se conviertan en un factor de estímulo y activación del crédito.

—¿Latinoamérica puede decirle, por tanto, a Europa que hay salida?

—Sin duda alguna. Europa tiene salida y mucho más fácil de entrever que la que veíamos nosotros.

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