El Victoria & Albert de Londres «pone en valor» la conservación del Pórtico de la Gloria
El museo londinense acoge una jornada científica sobre su restauración
El Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela tomó el este viernes con una jornada científica sobre su restauración, la inauguración de un punto informativo interactivo y una noche de música medieval.
La Fundación Barrié , a cargo de la restauración, y el Museo, que contiene la famosa reproduccción escayolada del Pórtico, fueron los organizadores de la jornada que contó con la participación de más de cien especialistas. «Creemos que es necesario divulgar la labor de restauración de esta obra cumbre del románico, un patrimonio que es fuente de riqueza y generación de empleo», señaló el presidente de la Fundación, José María Arias Mosquera, a tono con las penurias económicas.
El proceso de restauración comenzó hace tres años con un análisis del deterioro del Pórtico y una inversión de casi cuatro millones de euros. Concluido en 1188, el paso de los siglos se ha hecho sentir en el pórtico que hoy enfrenta como riesgo principal filtraciones de humedad que han deteriorado tanto la piedra como su policromía . «Es prioritario evitar esta entrada de humedad. En estos momentos queremos formular un plan que, con los avances de la ciencia, pueda solucionar estos problemas de manera permanente», explicó Arias Mosquera.
En su intento de divulgar este tesoro cultural, la Fundación ha llevado la exposición «Pórtico Virtual» a Berlín y Lisboa. En el Victoria & Albert esta explicación interactiva de la restauración y el significado iconográfico y espiritual del Pórtico parece tener un hogar predestinado. En 1866 el italiano Domenico Brucciani viajó a Santiago para realizar la monumental reproducción en escayola a tamaño real del Pórtico que hoy ocupa, debido a su dimensión, una sala del museo.
Tarea de divulgación
Como explicó a este diario la conservadora senior del Victoria & Albert, Marjorie Trusted, una de las participantes de la jornada científica, el trabajo de Brucciani fue un precursor de esta tarea de divulgación. «En el siglo XIX no había revistas de arte y la gente no viajaba mucho, de manera que gracias a esta reproducción en escayola se podía ver en Londres lo que había en España».
Pero no fue fácil. Brucciani, que vivía en Londres, fue sometido a una cuarentena a su llegada a España por venir de un país con cólera. En Santiago supo que el arquitecto que había autorizado la reproducción había muerto, problema kafkiano que requirió la intervención del Deán de Santiago. Finalmente el mismo pueblo de Santiago temió que la reproducción fuera un ardid de franceses para robarse la catedral, hipérbole persecutoria que, por fortuna para Brucciani, se diluyó muy pronto.
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