«Acabar con el hambre es un imperativo moral»
Benedicto XVI recibe al director general de la FAO y le ofrece el apoyo renovado de la Iglesia

«Acabar con el hambre tiene un sentido político, económico y social y es también un imperativo moral», dijo ayer a Benedicto XVI el brasileño José Graziano da Silva , director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) . Da Silva fue recibido en audiencia por el Papa y después se entrevistó con el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, a quien acompañaba el arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados.
La Santa Sede ha emitido un comunicado en el que destaca que se ha abordado «el tema de la existencia de los recursos suficientes para satisfacer las necesidades alimentarias de todo el mundo y de que, a pesar de ello, persistan obstáculos de orden económico, social y político que lo impiden». También ha manifestado «el deseo de que el sector rural vuelva a asumir el papel principal en las estrategias de desarrollo; de que se promuevan modelos sostenibles de producción agropecuaria y de consumo alimentario y de que se garantice mayor equidad y eficacia en la gestión del sistema alimentario».
El Papa se interesó especialmente por la situación en África y en cómo remediar la acuciante situación de la seguridad alimentaria mundial. El director general de la FAO solicitó a Benedicto XVI «un apoyo renovado de la Iglesia en la lucha contra el hambre en los planos mundial y local así como la movilización de su red para llegar a la meta de un mundo con seguridad alimentaria».
«No podemos llamar al desarrollo sostenible si casi 900 millones de personas padecen hambre y tampoco podemos esperar que los agricultores pobres que dependen directamente de los recursos naturales para sobrevivir no talen árboles si no les ofrecemos alternativas», destacó el responsable de la FAO.
Graziano da Silva expresó su agradecimiento al Pontífice y al Vaticano por su constante compromiso con la FAO y la erradicación del hambre, evidenciada en la participación en las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación celebradas hasta la fecha. Y agregó que acabar con el hambre es un reto demasiado grande para cualquier gobierno o agencia en solitario.
«Por eso nos gustaría fortalecer la colaboración de FAO con la Iglesia y pedirle que aliente a todos sus sacerdotes a dedicar su misa y sus sermones a la erradicación del hambre en la Semana de la Alimentación que celebraremos en octubre», sostuvo.
El Sumo Pontífice reiteró su compromiso en la lucha contra el hambre y señaló que en breve la Iglesia dará a conocer un mensaje de apoyo en este sentido.
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