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Jordi Doce: a la búsqueda de huellas

El poeta y traductor da rienda suelta a su polifacético ingenio en «Perros en la playa»

Jordi Doce: a la búsqueda de huellas ABC

manuel de la fuente

A menudo, los escritores son como las hormigas. No los vemos, habitan sus particularísimos subsuelos, sus peculiares galerías subterráneas, se enclaustran en escondrijos inasequibles al resto del personal.

Pero que aparentemente desaparezcan (de la estantería de las novedades, mayormente) no significa en ningún caso que estén con las manos cruzadas, viéndolas venir. Generalmente, se trata de lo contrario. En ese túnel que media entre dos publicaciones, los escritores (y los poetas no son una excepción), toman apuntes al natural, anotan, se fijan, ruedan y ruedan metros de ese celuloide llamado curiosidad y observación, ensayan, y en un determinado momento, apuntan y fuego .

Aproximadamente, seis años ha estado Jordi Doce entregado a esta aparente tarea de retaguardia, pero sin que el teclado de su ordenador corriera el riesgo en ningún momento de quedar bloqueado por falta de uso.

javier pagola

Y quien nos entusiasmara con «Gran angular» y su atinadísimo acercamiento a poetas ingleses como Eliot, Auden y Blake , nos regala ahora el ánimo lector con «Perros en la playa» (La Oficina de Arte y Ediciones), fruto de esos seis años de anotaciones e impresiones, sobre la vida, la poesía, el arte, la cultura... Poemas, aforismos (género genial cuando se acierta, como es el caso), ensayos breves, que además vienen acompañados por el gran trabajo de ilustración del donostiarra Javier Pagola .

En esta miscelánea, Jordi Doce se muestra airado por momentos, moralizante en otros, y reflexiona en voz alta sobre su propio concepto de poesía de la mejor manera que puede hacerse: escribiéndola.

Libro de sabrosa lectura, donde los aforismos son poemas, los poemas se visten de aforismos, y Doce va prendiendo cerillas literarias que ponen luz donde había sombra, donde Doce prende mechero reveladores como en los viejos conciertos de rock. Y hablando de rock, y del visceral, aquí cabe hasta Neil Young pegando guitarrazos.

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