¿Dónde están los libros?

Las más de 300 casetas instaladas en El Retiro con motivo de la 71ª edición de la Feria del Libro de Madrid permanecerán con las persianas bajadas hasta el próximo viernes. Las barracas parecen regalos a punto de abrirse, pero aún no están maduras. No hay rastro de libros en el parque. Los operarios ultiman las casetas y los pocos (poquísimos) libreros que se han trasladado hasta los jardines se dedican a limpiar y decorar sus estanterías. La mercancía no se coloca hasta el último momento.

Los carteles de este año, situados en las entradas del parque, muestran dos libros de cuyo interior salen pedazos de conversaciones. La metáfora de la imagen es doble. Por un lado, ilustran las infinitas historias que albergan sus páginas ; por otro, sugiere la necesidad de entablar una conversación relevante en el sector: un debate que involucre a lectores, autores, editores, libreros, distribuidores... y marque el rumbo de una industria que ve cómo sus cifras no han dejado de bajar en los últimos años. Sobre esto, la presidenta de la Feria, Pilar Gallego, aseguró ayer que hay que llegar a «un consenso social y político sobre la importancia de la lectura en España».

La oruga gigante que forman las casetas ocupa ahora la recta de asfalto frecuentada por los patinadores. A partir del viernes, y si el tiempo acompaña al calendario, compartirán el parque con los miles de madrileños que se espera que acudan a la Feria en su fin de semana de estreno.