Los neonazis entran en el Parlamento griego

Nadie se lo acaba de creer. Ni siquiera los medios de comunicación griegos, que no mostraron al candidato de la formación neonazi Amanecer Dorado, Nikos Mijaloliakos , votando para seguir una consigna no escrita de no dar publicidad a esta formación extremista, cuyo símbolo es una bandera de fondo rojo con un dibujo muy parecido a una esvástica.

Pero la realidad se impone: en las encuestas a pie de urna es incontestable que este movimiento nacionalista, de extrema derecha y carácter claramente neonazi ( empezando por el brazo en alto y saludo hitleriano , algo que el representante de esta formación elegido concejal en el Ayuntamiento de Atenas ya ha hecho varias veces) entrará por primera vez en el parlamento. Y no de forma dudosa: nada menos que con un porcentaje entre un 6% y un 8%, reflejando el miedo y la desesperación de gran cantidad de votantes, en su mayoría jubilados y viviendo en centros urbanos empezando por Atenas y el Pireo.

En los grandes centros urbanos, los mas dañados por la recesión, los residentes viven atemorizados. Hay robos y actos violentos a diario y circulan miles de inmigrantes, la mayoría indocumentados y sin trabajo (se habla de una población flotante que podría superar las 300.000 personas, ya que 9 de cada 10 inmigrantes ilegales que entran en la UE, lo hacen desde Turquía por Grecia).

Los habitantes sienten que los «chicos » del movimiento Amanecer Dorado actúan como vigilantes y guardaespaldas, ya que se pegan con los inmigrantes e imponen un tipo de orden que hace que las minorías, incluyendo a los inmigrantes legales, eviten circular después del anochecer. Un habitante de la zona, que quiere mantenerse anónimo, cuenta: «Quería volver a utilizar como almacenes tres pisos que tengo en el centro de Atenas y que estaban desocupados. Muchos paquistaníes se habían metido dentro para dormir. Fui a la policía y me dijeron que no podían hacer nada sin una orden de la Fiscalía. Pero uno de los agentes me dio un papel con un teléfono: llamé y poco después vinieron un grupo de chicos [del movimiento Amanecer Dorado] que echaron a los paquistaníes y les dieron una buena paliza. Y, además, luego me limpiaron los pisos».