La guerra sucia irrumpe en las presidenciales francesas
Los sondeos anuncian una victoria de François Hollande contra Nicolas Sarkozy por 55 contra 45

La guerra sucia irrumpe de manera brutal en la recta final de las presidenciales francesas , lanzando al río revuelto de la «información» culebrones de podredumbre, cuando los sondeos anuncian una victoria de François Hollande contra Nicolas Sarkozy por 55 contra 45.
Abrió el fuego Dominique Strauss-Kahn (DSK), ex candidato socialista a la jefatura del Estado, ex presidente del FMI, inculpado jurídicamente por los delitos o presuntos delitos de participación activa en una red de prostitución organizada.
A una semana del voto final, el 6 de mayo, Strauss-Kahn desentierra la tesis del “complot” , que habría sido “orquestado” por sus “enemigos políticos”... Esa tesis ya fue desmentida y desmontada hace más de seis meses.
Nadie pudo aportar pruebas
Durante varias semanas, los amigos socialistas de Strauss-Kahn decían a quienes querían creerlos que el bien posible candidato del PS a la jefatura del Estado había sido víctima de un “complot”. Nadie pudo aportar nunca la más mínima información concreta. La policía y los jueces de Lille, sin han hecho muchos descubrimientos, que ha publicado por extenso toda la prensa : un rosario interminable de comunicaciones personales de Strauss-Kahn, un interminable rosario de declaraciones de prostitutas que han contado por lo menudo como participaban en las “veladas libertinas” organizadas para el líder socialista.
La tesis de una posible financiación de Kadafi de la campaña presidencial de Sarkozy, el 2007, se ha evocado en muchas ocasiones. Nadie ha aportado nunca ninguna prueba. El diario online Mediapart publica un documento que, a su modo de ver, “probaría” que Kadafi “financió” la campaña de Sarkozy, hace cinco años.
Sin embargo, Mediapart, no aporta ninguna información ni documento que pruebe esa afirmación. Del “probaría” a prueba hay una distancia que Le Monde no se atreve a cruzar. La ligereza informativa transforma el “probaría”, sin pruebas, en una difamación palmaria, a siete días del voto decisivo.
La manipulación de las campañas de François Hollande y Nicolas Sarkozy intentando conquistar el voto del electorado de extrema derecha es otro modelo canónico de manipulación.
Liberation (izquierda independiente, financiado por la familia Rothschild) y L'Humanité (órgano de expresión oficial del PCF, sostenido con subvenciones) comparan la campaña de Sarkozy con los discurso del mariscal Petain, durante la Ocupación nazi. Por el contrario, la campaña de Hollande es presentada como una “mano tendida” a los obreros descarriados. Obreros que antes votaban comunista y ahora votan extrema derecha. Comparar a Sarkozy con quienes colaboraban con Hitler es algo mucho peor que un insulto: una difamación pavorosa, en campaña electoral.
Françoi s Hollande no necesita de tales maniobras de guerra sucia para ganar limpiamente estas elecciones presidenciales. La irrupción brutal de tales maniobras de guerra sucia aporta matices nauseabundos a la campaña.
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