Tito Vilanova seguirá el camino de Guardiola

El Barcelona no ha tardado, a través de Andoni Zubizarreta, en decidir a quién consideran el sucesor idóneo de Pep Guardiola después de su renuncia. En la misma rueda de prensa en la que han oficializado la marcha del técnico, el director deportivo del club ha anunciado el nombre: Tito Vilanova .

La solución de continuidad mira, sobre todo, al trabajo con la cantera, al conocimiento del funcionamiento del Barça y a la implicación. "Siempre hemos dicho que mirábamos hacia abajo. ¿A quién teníamos ahí? A Tito. Era fácil. Le pone horas al equipo hasta de dormir. Le pone compromiso, trabajo, personalidad . Ese es Tito. Es diferente que Pep, eso está claro, pero trabajaremos con esa idea, con ese perfil", ha afirmado Zubizarreta.

El director deportivo, responsable directo de la decisión, ha añadido que Vilanova representa también "el juego, la idea, la preparación" del equipo, una continuidad con las señas de identidad que deja Guardiola. Zubizarreta ha asegurado que el proyecto es "largo", y que aún tiene recorrido y jugadores con ganas de seguirlo.

Vilanova llegó al entorno del club en 2007 , de la mano del entonces entrenador del Barcelona B, Guardiola, que lo eligió como su ayudante. Aunque ambos ya se conocían desde finales de los noventa, cuando coincidieron como jugadores en el segundo equipo azulgrana. Como entrenador, Vilanova ha acumulado experiencia desde su retirada como jugador en 2002 en el Palafrugell, el Figueres y el Terrasa, además de en categorías inferiores del Barça, donde ya coincidió con jugadores como Messi, Fábregas y Piqué, entonces adolescentes.

Antes, tuvo una trayectoria discreta como jugador. Formado en la Masía como centrocampista, fichó por el Figueras en 1990, con el que militó en Segunda División y llegó a disputar la fase de ascenso. En 1992, consolidó su subida personal a primera al fichar por el Celta de Vigo , en el que estuvo tres temporadas. En la primera llegó a disputar 19 partidos de Liga, pero terminó condenado al banquillo.

En 1995 volvió a segunda, donde pasó por el Badajoz , el Mallorca y el Lleida . En la temporada 1999 jugó en Segunda B con el Elche, y un año después fichó por el Gramanet, que sería el club de su retirada.

Su nombre también se escuchó mucho después de la última Supercopa de España, cuando, en la tangana que se formó al final del partido de vuelta, José Mourinho le metió el dedo en el ojo. En el pasado noviembre dio un pequeño susto al tener que ser operado de un tumor en las glándulas salivares, aunque la intervención terminó felizmente.