Yo también soy genocida

Hablar de la farándula identitaria conlleva el riesgo de hacer publicidad gratuita de esos caudillos del independentismo que abogan por eliminar cualquier vestigio de pluralidad política, social y, sobre todo, lingüística, existente en Cataluña. En general se trata de personajes estrafalarios que encajan más en un «reality show» soberanista que en el mundo de la política que, de forma desaprensiva, contribuyen a banalizar. Sin embargo, es necesario dedicar unos minutos a una figurante que acaba de debutar en la escena soberanista y que, con sólo una frase, ha acaparado la atención mediática. Se trata de Mercè Escarrà , portavoz de Escola en Català, quien asegura que defender el bilingüismo es sinónimo de genocidio. De ser cierta esta afirmación, yo también sería una genocida. Y como yo, millones de personas en todo el planeta que consideran que utilizar y aprender dos lenguas con normalidad —y ojalá fueran tres o cuatro— es un orgullo patriótico. La temeraria debutante ha instado al fiscal especial de delitos de odio de Barcelona, Miguel Ángel Aguilar , a investigar el acto celebrado el sábado en el Teatro Goya en favor del bilingüismo porque, según afirma, incita al odio. Y digo temeraria porque quizá sea ella la que merezca una apertura de diligencias penales para averiguar si practica la educación en el odio.

Porque ¡atención padres con hijos en edad de escolarizar!, Escarrà es profesora. De música, he leído en su web, en la que sí acepta publicidad en castellano, pero no que este idioma se introduzca en el sistema escolar catalán. En el pentagrama mental de esta mujer, sólo hay lugar para un acorde lingüístico. La pregunta es cómo explica a sus alumnos el motivo de esa exclusión. Las posibles respuestas dan escalofríos.

El uso frívolo del término genocidio no es nuevo en la escena independentista. Alfons López Tena ya recurrió a él en su libro «Cataluña bajo España. La opresión nacional en democracia», donde asegura que los catalanes «no somos los únicos en el mundo sometidos a un proceso de discriminación, exclusión, subordinación y, a fin de cuentas, asimilación y/o genocidio». Destacar que Escarrà es la alumna aventajada del ex vocal del Consejo General del Poder Judicial pues, al igual que él, abandonó Convergència para militar en Solidaritat per la Independència.

Al lado de estos nuevos iconos del separatismo, casi echo de menos aquellas inocentes bravatas del actor Joel Joan , a quien ERC rogó moderación.