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Cuentas «manu militari»

Pese a su fuerte severidad, todavía queda pendiente el ajuste en Sanidad y Educación

Cuentas «manu militari» EFE

ANA I. SÁNCHEZ

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría sabía que le tocaba presentar unos Presupuestos muy duros, difíciles de defender. Uno de los ministros los calificaba ayer de «bestiales» y, con todo, aún queda por conocer la parte más dolorosa: el recorte partida a partida, cuando cada ajustes deje de ser un número para tener nombre y apellidos.

Por eso, comenzó a prepararse para explicarlos la tarde anterior, la del jueves, cuando el susto por la huelga ya había pasado y el Ejecutivo respiraba tranquilo con las bajas cifras del paro general. También por eso el Consejo de Ministros de ayer fue especialmente largo aunque los Presupuestos estaban cerrados desde el día anterior, cuando se celebró en el Congreso la Comisión Delegada de Asuntos Económicos que presidió Rajoy. Fue allí cuando el jefe del Ejecutivo cerró los últimos flecos de unas cuentas que se han diseñado «manu militari», esto es, sin negociación con los afectados.

Las autonomías, en 2013

Hacienda se reunió uno a uno con los departamentos de Gobierno —tendrán que gastar 13.400 millones menos— para hacerles saber la magnitud del recorte que les tocaba y para dejarles claro que no había margen para propuestas ni, de paso, protestas. No había ni tiempo ni dinero. Día a día, Bruselas aumentaba sus presiones a España para recibir las nuevas cuentas y día a día la situación económica se deterioraba. «Lo que no entre en estos Presupuestos puede ir en los próximos», era la máxima que repetía el equipo de Montoro.

Pero en los de 2013, tampoco entrará todo. De entrada, queda fuera de estas cuentas el grueso del ajuste en sanidad y educación, ambas competencias de las autonomías. Y es solo el principio. «Cada vez que vamos a Bruselas nos dicen que las comunidades son un pozo sin fondo. Ahora ya no daba tiempo pero en el siguiente presupuesto se les meterá mano», reconoce un miembro del Ejecutivo.

Y es que Europa es el eje de todo. Si era importante repasar el mensaje para explicar los Presupuestos a los ciudadanos también lo era porque escuchaban los mercados. Sáenz de Santamaría empleó toda su pedagogía. El país atraviesa «una situación límite» y todas las medidas que adopta el Gobierno son para dar la vuelta a la situación, crecer y crear empleo, explicó. «Buscamos salir del atolladero en el que nos encontramos» y si la situación hubiera sido otra las medidas del Gobierno hubieran sido muy diferentes, subrayó en clave interna.

Y refiriéndose a las escenas de violencia vividas el jueves en Barcelona quiso dejar claro a los inversores que España no es Grecia. Los españoles «no resuelven sus problemas así y quiero decir que no la violencia no fue la generalidad de la jornada». Y más aún, «en este país se hacen reformas en tiempo récord, lo hemos hecho todo en 100 días. España ha dado su palabra y la va a cumplir», respondió a un periodista holandés que retransmitía en directo a su país. Pero quedan muchas dudas en el aire. La primera, si con este Presupuesto España será capaz de dejar su déficit en el 5,3%. Montoro lo prometió.

Por la puerta de atrás

Aún así, el ímpetu de los periodistas por preguntar seguía siendo tal que la vicepresidenta y el ministro salieron de la sala por la puerta de atrás, por una abertura oculta tras la mesa de comparecencias. Según explicaron fuentes de Moncloa, lo hicieron por razones de seguridad, porque una periodista italiana se lanzó con su cámara hacia ellos. Sea como fuere, Montoro tendrá que detallar las cuentas el próximo martes en el Congreso de los Diputados y, entonces, ya no tendrá salida trasera.

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