LIGA DE CAMPEONES
El Barcelona se queda a medias
Empata sin goles en San Siro después de un notable primer tiempo y luego perdió fuerza ante un Milán muy rocoso
![El Barcelona se queda a medias](https://s2.abcstatics.com/Media/201203/28/barcelona-milan--644x362.jpg)
El Camp Nou se prepara para una noche eléctrica la próxima semana, reservada la fecha del 3 de abril porque el Barcelona se quedó a medias ante el Milán y no sabe si celebrar el empate sin goles o lamentarlo . [Narración] No es mal resultado en campo ajeno y menos ante la envergadura del oponente, pero pudo dejar todo medio hecho después de un notable primer tiempo y luego no le dio continuidad a su propuesta, mucho menos vistoso el segundo tiempo sin que perdiera ni un ápice de intriga. Al final, todo abrazos después de una batalla que no deja vencedores ni tampoco perdedores. [Estadísticas del partido]
San Siro agranda su leyenda con partidos como el de este miércoles, perfectamente ambientada la tribuna para un clásico que se repite en Europa y que acostumbra a deparar muy buenos minutos de fútbol. Milán y Barcelona aceptaron la mayúscula condición de la cita y se prestaron, de buenas a primeras, a dignificar los cuartos de final de un torneo maravilloso, conquistado muchas veces por los italianos y fetiche en los últimos tiempos para los azulgrana. La Champions emociona desde la música y se vivió con intensidad hasta el final , vertiginoso el ritmo en el arranque con peligro constante en las dos áreas. Asomó más el Barça, pero el Milán asustaba en cada aproximación. Un partido fantástico, un partido de Champions en toda regla pese al bajón del segundo acto.
El Milán se conjuró desde la nostalgia e incentivó en la previa al personal con los goles de la final de Atenas , capítulo negro para el Barça del Dream Team porque aquel 4-0 fue el principio del fin del cruyffismo . Por eso vistió de blanco, un capricho de Galliani que casi le da la razón a los dos minutos cuando el Milán rozó el gol sin apenas quererlo . Ya es tradición que el Barça se atore en la presentación y le queme la pelota hasta que la anestesia y a veces puede tener efectos terribles. Por suerte para ellos, después de regalarla en la zona de peligro, Boateng falló primero en su disparo desde la frontal y luego Robinho, un brasileño formal desde que está en Italia, la envío a las nubes cuando era sí o sí. El Barça quedaba avisado .
El campeón, reforzado con Keita en la medular en el lugar que suele ocupar Cesc, necesitó diez minutos para recobrar la identidad y a partir de ahí golpeó desde la posesión, larguísimas y únicamente alteradas por el lamentable estado de un césped indigno para este tipo de espectáculos. Masticó con paciencia y sólo le faltó el premio, pues lo hizo casi todo bien y contó infinitas ocasiones con mala resolución.
Cada ataque suponía medio gol y al Milán, orgullo en otros tiempos del arte de defender, le temblaban las piernas en la retaguardia, muy preocupados cada vez que aparecía Messi y pendientes de cerrar los agujeros que sólo ve Xavi. Hubo un puñado de internadas en el área y en una de ellas Abbiati derribó a Alexis, penalti no señalado.
En la otra portería hubo menos acción, pero igual de trepidante. El Milán vive de Ibrahimovic y el sueco tiene el ego por las nubes, tan vanidoso que está encantado con la circunstancia porque le gusta ser hombre de portada. Lucha todos los balones aéreos, se sacrifica cuando es necesario y remata, aunque se encontró con un Valdés providencial cuando San Siro ya se abrazaba. No hizo nada del otro mundo y sin embargo lo hizo todo bien , así es este delantero único. Al descanso, un 0-0 incomprensible , tuvo de todo menos gol.
El partido se desbravó en la reanudación y se afeó el Barcelona, reducido sin aparente explicación y cada vez menos protagonista en un debate que cogió acento italiano. Pareció fatigado y desaparecieron los buenos a medida que se consumía la noche, desencantado Guardiola con lo que veía y sorprendente al sentar a Iniesta con media hora por delante.
Movió ficha con dos hombres de banda como Tello y Pedro sin que tampoco así revirtiera la situación. Al Barça le costaba horrores y encima reclamó otro penalti porque Mesbah agarró descaradamente a Puyol en un saque de esquina, infracción evidente que pasó por alto. Espabiló una pizca en el tramo final y murió en la portería del Milán, aunque sin frutos. El empate vale a todos.
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