La eterna juventud
Los nuevos secretos y tendencias de la belleza? Dos son los fundamentales: El boom de las píldoras de la juventud, preferidas a las cremas, y una nueva filosofía para cuidarse, cuya base es no hacer la guerra a la edad, sino convivir con ella, encontrando un acuerdo con el propio carné de identidad. En esa feria de las vanidades que es Cosmoprof, el principal salón mundial dedicado al sector de la belleza, con 2.320 expositores internacionales reunidos en Bolonia, la principal novedad ha sido la píldora hecha con zumo de frutas en polvo.
Es otra forma en ese nuevo camino de la belleza que son los «nutricosméticos», es decir, integradores alimentarios y antioxidantes. Prometen ayudar en la lucha contra el envejecimiento y en su composición incluyen ingredientes propios de las cremas y tienen funciones cosméticas. Partió de Estados Unidos la moda por los integradores alimentarios, y hoy se ha difundido por doquier esa manía de las medicinas de eterna juventud. Pero ahora la pregunta parece elemental: ¿Por qué ingerir polvo cuando podemos saborear una manzana, una naranja o un plátano? Maurizio Valeriani, famoso cirujano estético de divas italianas y primario en un hospital de Roma, lo tiene muy claro: «Los nutricosméticos son útiles. Yo creo mucho en ellos, sobre todo porque en un mundo contaminado como el nuestro donde, entre otras cosas, la agricultura cambia sus ritmos naturales condicionada por el mercado, a menudo las fuentes naturales de las vitaminas como fruta y verdura son menos eficaces. Por lo que se refiere a la piel, son muy importantes las vitaminas A y B. Pero es necesario tomar estos integradores bajo control médico».
Ni siquiera en tiempos de crisis disminuye el gasto en el sector belleza, uno de los pocos que incluso crece: 9.624 millones de euros se han gastado los italianos para mantener una buena relación con el espejo. Cada uno gasta 159 euros al año en cosmética, sobre todo en cremas para el cuerpo y la cara (el 72% de las compras las hacen las mujeres). Pero la gran novedad es que está cambiando la filosofía sobre la forma de curarse y la estética: No se hace la guerra a la edad a cualquier precio, persiguiendo los 20 o 30 años, cuando se tienen 40 o más. Ahora se busca un acuerdo con la edad que marca el carné de identidad. «Las cosas están cambiando y como siempre las tendencias las dictan las grandes divas del cine», explica Claudia Bonfiglioli, organizadora de la Feria de Cosmoprof.
En efecto, las actrices de Hollywood que han cedido demasiado al bisturí y a las infiltraciones encuentran menos papeles que interpretar, caso de Meg Ryan. Se prefieren tipos como Meril Streep que hacen carrera basándose en el talento sin alterar la fecha de nacimiento. Se explica así que cada día aumenten en Italia las arrepentidas del «retoque», como es el caso de Nicole Kidman: «Hice una estupidez», admitió la actriz cuando no podía fruncir el ceño por exceso de botulismo. Para mostrar su rechazo al bótox y señalar que es posible «envejecer dulcemente» sin necesidad de arrepentimientos posteriores, algunas famosas, como Kate Winslet, Emma Thompson y Rachel Weisz han fundado la «liga antirretoques».
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