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PUBLICA 33 MICROENSAYOS DE FILOSOFÍA MUNDANA

Javier Gomá: «Para ser culto hoy no pienses que eres Adán en el Paraíso»

Nombre clave entre quienes tienen algo que decir en el pensamiento, Javier Gomá propone bajar la filosofía de la buhardilla al salón en «Todo a mil»

antonio astorga

Javier Gomá Lanzón (Bilbao, 1965), es Doctor en filosofía y licenciado en filología clásica y Derecho español. En 1993, ganó con el número 1 las oposiciones al cuerpo de Letrados del Consejo de Estado. Desde 2003 es director de la Fundación Juan March, con sede en Madrid. Autor de libros como « Imitación y experiencia » (Pre-Textos, 2003 y, en edición de bolsillo, Crítica, 2005), « Aquiles en el gineceo » (Pre-Textos, 2007) y « Ejemplaridad pública » (Taurus, 2009), que conforman su «trilogía de la experiencia de la vida», le seguirá una monografía sobre la esperanza titulada « Necesario pero imposible, o ¿qué podemos esperar? » El conjunto de los cuatro títulos completará un proyecto filosófico más general acerca del (así llamado por el autor) « Teorema de la experiencia y la esperanza ». Por «Imitación y experiencia», su primer libro, obtuvo el Premio Nacional de Literatura, modalidad Ensayo, de 2004. Conferenciante y ensayista de gran prestigio, colaborador de ABC , premio ABC Cultural & Ámbito Cultural, miembro del Consejo Asesor de Revista de Estudios Orteguianos, de la Junta Directiva de la Asociación Española de Fundaciones, y del International Visitors Program del Departamento de Estado/USIA de EEUU, he aquí la voz de uno de nuestros jóvenes y grandes pensadores.

- La cortesía de la claridad, que es lo que pidió Ortega y Gasset al filósofo, es lo que transmite con su ensayoo «Todo a mil» (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores)

-Es un libro compuesto por artículos de mil palabras, idóneo para personas que van a mil por la vida, y quieren poner filosófica y emocionalmente a mil al lector. Quiere transmitir intensidad, y tiene un resabio antienfático. Son 33 microensayos -hoy se habla de microteatro, de microrelato- de filosofía mundana.

-¿Por qué?

-Porque es requisito indispensable la claridad. Y en segundo lugar, la brevedad. Y ser claro y ser breve son requisitos de buen gusto. Esbocé en un libro anterior, La ingenuidad aprendida, un artículo sobre filosofía mundana, y ahí desarrollaba mi teoría del test del café, según el cual una persona que haya dedicado cinco, diez, quince años, toda una vida, a investigar algo -y si lo que persigue enciende los corazones, suscita emoción, si por tanto, es algo que pueda interesar al público en general, y que cualquier hombre culto podría interesarse por ello-, debe pasar al test del café: poder transmitir esa idea en un café con un amigo, en una sobremesa, en una conferencia, en una charla o en una entrevista.

-Claridad... y brevedad, como motores indispensables de su obra.

-Si tú no eres capaz de transmitir tus ideas, aquellas que has estado cultivando amorosamente, con la brevedad de un café y con la misma emoción que tú has puesto al investigarlas, a un hombre culto, el problema no lo tiene el hombre culto, el problema lo tiene uno mismo. Y mi test ha sido que este libro recoge 33 artículos periodísticos que siempre han sido concebidos como un libro hecho por entregas, como aquellas novelas del siglo XIX. Desde que me encargaran la colaboración cada tres semanas en un suplemento literario, siempre he pensado que los iba a agrupar en un libro que se iba a titular Todo a mil.

- ¿Qué quiere sugerir en su artículos sobre el rotar de las estaciones, con esa musicalidad de las sonatas valleinclanescas?

-Volver a repetir los temas esenciales y eternos de la filosofía, pero desde la perspectiva cambiante del hombre que avanza por el camino, que es la perspectiva del siglo XXI. Mito, moralidad, arte, dignidad, mortalidad, sabiduría, inteligencia, qué es pecado, qué es prestar atención, qué es la paz, la contemplación... cuestiones permanentes en la naturaleza humana, pero desde la perspectiva del siglo XXI. Con brevedad, claridad, con estilo, con emoción poética, con anécdotas personales y utilizando cuando procedía el sentido del humor. Ese ha sido mi test del café. Todo ello con componentes esenciales de una cierta mundanidad.

-¿Qué significa prestar atención?

-El hombre, en la medida que es tiempo y el tiempo significa prestar atención, cuando presta atención está prestando su propio ser. Y por eso la expresión española es tan importante; no te regala la atención, te la presta.

-Usted habla sobre la necesidad de que la filosofía se haga precipitada y rápidamente mundana.

-La filosofía ha sido, igual que la literatura, de buhardilla, y tiene que venir al mundo para contribuir, con su pensamiento y sus conceptos, al tema moral pendiente. De la buhardilla al salón. Porque en el salón tienes que dejar de ser terriblemente iconoclasta, tienes que socializarte y decir una palabra constructiva para esa socialización.

-¿Cuál es nuestro gran tema moral pendiente?

-Cómo ser libres juntos. En un salón. Conviviendo. Nos hemos pasado tres siglos preguntándonos cómo ser libres. Se trata de pasar de la conciencia —sin arruinarla— a la convivencia. Y, por tanto, la conciencia nos ha hecho libres. Nos ha hecho tomar conciencia de la importancia de nuestra dignidad y libertad. Y la filosofía debe pasar del exceso de lucidez solitaria a contribuir al gran problema moral pendiente. Y la filosofía tiene que hacerse rápidamente mundana.

-¿Cuál es el destino natural de sus 33 microensayos de «Todo a mil»

-El hombre culto, en general, pero por la claridad, la brevedad, la emoción poética, el estilo y el sentido humor es un libro concebido para enamorar a los estudiantes de bachillerato, y a las personas que hacen sus carreras universitarias y no pertenecen necesariamente al sector filosófico. Cuando me pasan las notas de Prensa en la Fundación March veo que utilizan mis artículos con muchísima frecuencia en lecturas recomendadas en institutos de enseñanza secundaria...

- Es un libro, Todo a mil, para descubrir lo que es la belleza en la Historia del Arte.

-En Grecia no encontrarás un poeta que te hable del atardecer, solo había amaneceres. El atardecer es un invento romano.

-¿Qué significa ser hoy culto?

-Darte cuenta de que todo lo que al hombre se le presenta tan necesario como las leyes de la naturaleza, todo, en realidad es histórico. Ser culto significa no tanto tener muchos conocimientos de Historia como tener conciencia histórica. Todo lo que tenemos, nuestros pensamientos, sentimientos, ideas, instituciones, incluso el concepto de patria, educación... todos los valores que al inculto se le presentan como «Esto es así», o «Siempre será así», ser culto significa tomar conciencia de que en realidad la naturaleza es historia. Si el primer momento es de relativización, de cuestionamiento o replanteamiento de toda la herencia recibida, el segundo momento es tener la sabiduría de comprender de que si algo ha estado vigente un año, cien años, un milenio o tres milenios, por algo será. Aceptación crítica de una tradición. Y eso lo olvida mucha gente. Y el tercero es ver en qué tú puedes contribuir a que ese legado siga viviendo de una manera fecunda. Porque toda cultura es una propuesta, un ensayo de solución de problemas prácticos que tiene planteada la colectividad. No pienses que eres Adán en el Paraíso, que piensa que toda la Historia empieza con él. Lo primero es tener conciencia histórica, lo segundo aceptar de la Historia aquello que todavía siga siendo útil, y lo tercero: intentar hacer una contribución fecunda.

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