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ATLETISMO

Atletas y madres en la vida

Pararon de correr y saltar para traer un hijo al mundo y, después, retomaron su pasión por la competición de élite. Ahora compaginan las pistas con el cuidado de sus retoños

MIGUEL ÁNGEL BARROSO

Alba quiere unas zapatillas con clavos como las de su madre, a la que ve coger carrerilla y saltar por encima de los seis metros. Un juego de lo más divertido. Todavía es muy pequeña para comprender los sacrificios y sinsabores que el atletismo demanda a sus protagonistas para conseguir un aplauso , un reconocimiento, un título, una medalla. Si por el camino una mujer que se dedica profesionalmente a este deporte decide abrir un paréntesis para ser madre, el parón y los cambios en su cuerpo añaden un plus de exigencia. «Después de dar a luz en 2009, tardé un año en estar al mismo nivel de antes» , recuerda Concha Montaner, la madre de Alba, y, además, la mejor saltadora de longitud de nuestro país. Concha, como Nuria Fernández, Natalia Rodríguez, Dolores Checa, Marta Domínguez y, a nivel internacional, la gran Paula Radcliffe, ha perdido trenes por quedarse en el andén de la maternidad: Mundiales, Juegos Olímpicos... La fondista Loli Checa dejó pasar la temporada 2009-10 por una razón poderosa llamada Paula. Ahora, nuevamente embarazada, no podrá ir a la cita de Londres. Sí estarán nuestras mejores bazas en el medio fondo —Natalia y Nuria— y Montaner.

«Mi disciplina es explosiva, así que cuando me quedé embarazada tuve que abandonarla de forma radical y dedicarme a otras actividades poco agresivas , como la bicicleta estática o la natación, siempre de forma suave», comenta Concha. «Pasé la preceptiva cuarentena y todavía tardé un par de meses en hacer abdominales y saltar. Me costó recuperar las sensaciones en los entrenamientos. Pero ganar sendos campeonatos de España —al aire libre y en pista cubierta— un año después de tener a Alba me animó mucho. No se me había olvidado el oficio». Un día tipo en su vida incluye dos entrenamientos —matutino y vespertino—, un trabajo como técnica de medio ambiente y las obligaciones de su rango de madre. «Me apaño bien, pero tengo menos tiempo. Puedo desayunar con mi nena, llevarla al colegio y, después, verla por la tarde . Su influencia ha sido positiva en todos los sentidos». Con respecto al atletismo, Concha no repara en gastos. Ha estado en el Mundial de Estambul bajo techo y proyecta ir al Europeo de Helsinki y a los Juegos. «En Estambul no he competido como quería y asumo las críticas. Aunque hay gente que nos juzga con demasiada dureza y no se preocupa de cómo nos entrenamos».

Las prisas no son buenas

La británica Paula Radcliffe, madre de dos hijos y campeona de pruebas de fondo, cross y maratón (ha ganado tres veces el de Nueva York; la edición de 2007, solo nueve meses después de tener a su primera hija, Isla) es un ejemplo para muchas mujeres deportistas, no solo por cómo ha podido compaginar su carrera con su maternidad, sino por su lucha a favor del atletismo limpio. Durante su primer embarazo se resistió a dejar de correr; bajo estricto control médico continuó haciéndolo hasta casi el final. «Notaba cómo el cansancio se apoderaba de mí algunos días. Es asombroso sentir cómo el cuerpo prioriza todo para el bebé . En el séptimo mes todavía podía correr a diario, aunque notaba cada vez más presión sobre la vejiga».

«Trote, pesas y caminatas» fue la fórmula de Nuria Fernández, campeona de Europa de 1.500, para no perder la forma completamente. Dio a luz a Candela y se puso como meta llegar a los Juegos de Pekín 2008. «Respeté la cuarentena de forma relativa, tal vez un poco obsesionada con aquella cita. Y las prisas no son buenas», reconoce. «La pelvis y el sacro deben abrirse para permitir el paso del bebé y tienen que pasar unos meses hasta que vuelven a su estado original. Por intentar participar en Pekín me lesioné la cadera ».

Ahora, Candela ha activado el misterioso mecanismo del equilibrio. «Ha sido duro volver a mi ser y, si repitiera experiencia, me costaría mucho más. Pero antes le daba mucho al coco en las carreras, mentalmente era más débil. Me preocupaba fallar en la pista. Y eso desgasta mucho. El atletismo es un deporte individual y si tienes un mal día no puedes refugiarte en nadie. Ahora, con la niña, si hago un mal entreno da igual porque no tengo tiempo para lamentarme . Tengo otros frentes que atender. Después de una sesión larga en las pistas del Centro de Alto Rendimiento del Madrid me toca buscar a mi niña al colegio, llevarla al parque, prepararle la cena, hacer labores domésticas... e irme pronto a la cama. Y, paradójicamente, estos últimos años he cosechado los mejores resultados. A Natalia (Rodríguez) le ha sucedido lo mismo. Así que ser mamás nos sienta bien a las atletas». Ellas quieren confirmarlo con una buena actuación en los Juegos de este verano.

Mamás campeonas en otros deportes

La piragüista sevillana Beatriz Manchón, campeona del mundo y de Europa, con su pequeña Beatriz, se quedó embarazada en 2007 y logró clasificarse para los Juegos de Pekín. La tenista belga Kim Clijsters ganó el US Open antes de decir adiós por las lesiones. Se casó, fue madre y volvió a las pistas en 2009. Ha ganado dos veces más en Nueva York y también el Open de Australia. «Puedes tener tu propia vida y aun así ser una buena madre y una buena esposa. Pero no voy a arriesgar mi vida familiar por el tenis», asegura.

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