La oposición siria pide armas para defenderse del Ejército
El régimen no permite la entrada de la Cruz Roja en el antiguo feudo de la oposición en la ciudad de Homs
Tras la toma del reducto rebelde de Baba Amro por las tropas del régimen, el cansancio y el pesimismo hacen mella en los opositores sirios. Aunque la violencia no ha cesado: más de medio centenar de personas murieron ayer en Siria —una treintena de ellas en Homs—, según aseguran los Comités de Coordinación Local, la red de activistas de base que organiza las protestas en el interior del país.
Pero, aunque cunda el desaliento, los insurgentes juran que continuarán combatiendo. Y, a la desesperada, piden a la comunidad internacional que suministre armas a los desertores del Ejército Sirio Libre para que este pueda hacer frente a la abrumadora superioridad militar del régimen.
Según la oposición, catorce personas fueron ayer ejecutadas en Baba Amro por el ejército gubernamental, mientras que otras dieciséis murieron cuando los soldados bombardearon con morteros una manifestación contra el régimen en Rastán. Informaciones imposibles de comprobar, porque ya no quedan periodistas extranjeros en el lado rebelde.
La situación humana es dramática para los civiles atrapados en Homs. Un convoy de siete camiones de la Cruz Roja y del Creciente Rojo Sirio llegó ayer a la ciudad con alimentos, medicinas y manta. Pero las tropas les impidieron el acceso al castigado barrio de Baba Amro. «Nos quedaremos en Homs esta noche, esperando entrar en Baba Amro cuanto antes. Muchas familias han salido de Baba Amro, y les ayudaremos en cuanto podamos », afirmó por su parte el presidente del CICR, Jakob Kellenberger, quien ya parecía dar por inevitable que al menos hasta hoy no podría entrar en el barrio.
«Estamos preocupados por las informaciones que comienzan a llegar desde Baba Amro», declaró el portavoz de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, quien mencionó «una espeluznante serie de ejecuciones sumarias». «Aunque no estamos, por ahora, en posición de confirmar estas informaciones, queremos recordar a las autoridades sus responsabilidades ante la legislación internacional. Es esencial que no haya represalias injustas ni ejecuciones sumarias», indicó.
En Homs, los barrios de Jaldiyeh, Bayyada, Bab Sbaa y Hamidiyeh permanecen aún en manos de los rebeldes, por lo que se espera una extensión de las ofensivas del Ejército. Ayer volvieron a celebrarse manifestaciones antigubernamentales en estos barrios tras la oración del viernes. Los insurgentes, eso sí, tratan de mantener alta la moral. Y claman en internet: «Assad, no te engañes, hay mil y un Baba Amros».
Eso sí, el aislamiento internacional del régimen es cada día mayor. Ayer, Francia cerró su embajada en Damasco, pese a que Siria es uno de los países árabes más vinculados al país galo. La misma decisión adoptó un día antes el Reino Unido, cuyo primer ministro, David Cameron, se mostró muy crítico con el Gobierno sirio, que calificó de «criminal». «Llegará un día, tome el tiempo que tome, en que este régimen espantoso deberá responder de sus actos», aseguró.
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