En el corazón del imperio del juego
ABC se adentra en los «megacasinos» del magnate Sheldon Adelson, a cuya imagen y semejanza nacería EuroVegas

«Nos llevará cuatro o cinco años resolver la situación (de crisis) y a partir de entonces, esperamos ganar decenas de miles de millones de dólares en España ». Así de claro explica el proyecto de EuroVegas el multimillonario americano Sheldon Adelson en una entrevista que publicará la revista «Forbes» en marzo. Adelson, décimosexto hombre más rico del planeta, afirma también que ya tiene todo listo para decidir si instala en Madrid o Barcelona su macrocomplejo de ocio. «Estamos finalizando los últimos detalles antes de tomar una decisión», subraya. Mientras esa decisión llega, el Gobierno central analiza con lupa un proyecto que supone una inversión de 17.000 millones de euros y 260.000 empleos. Pero también un amplio listado de duras exigencias y reformas legales que implican a cinco Ministerios.
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ABC ha recorrido algunos de los impresionantes complejos de juego y ocio que el grupo empresarial de Adelson tiene repartidos en un eje que une Estados Unidos con Asia , y a cuya imagen y semejanza —también en volumen de inversión y puestos de trabajo— nacería el conocido como EuroVegas.
Las Vegas, el epicentro
Canales, góndolas y frescos venecianos
En 1988, Adelson y sus socios compraron el , que fuera propiedad de Frank Sinatra y Rat Pack, con el fin de llevar a las Vegas una nueva etapa de sus negocios. En 1991, cuando pasaba en Venecia su luna de miel con su esposa Miriam, Adelson se enamoró de la ciudad y decidió construir un mega hotel inspirado en ella. Demolió el venerable Sands Hotel & Casino e invirtió 1.114 millones de dólares para construir The Venetian. El espíritu de Venecia vive dentro de este complejo turístico, a través de los frescos, la comida gourmet, los canales, las góndolas y los artistas ambulantes.
El hotel ofrece, además de las lujosas habitaciones y suites, un centro comercial impresionante con más de setenta tiendas sofisticadas, una gran variedad de restaurantes de primera calidad y puestos de comida inspirados en la cocina italiana. En el inmenso vestíbulo, los visitantes disfrutan de un techo abovedado que imita a la Capilla Sixtina .
Desde el área de recepción hasta el casino, paredes y techos están cubiertos por frescos. Las tiendas del centro comercial Grand Canal Shoppes cuentan con un auténtico canal, con góndolas que se deslizan a lo largo de su recorrido. Los restaurantes pertenecen a estrellas de la cocina como Wolfgang Puck, Emeril Lagasse, Joachim Splichal y Paulo «Zeffirino» Belloni . El hotel cuenta además con una versión del famoso museo de cera de Madame Tussauds. Su Spa, el Canyon Ranch SpaClub, es el más grande de las Vegas.
El otro hotel de Sheldon en esta auténtica ciudad del juego es el Palazzo , situado entre el hotel Wynn y el Venetian, en el famoso Strip, la avenida de 6,4 kilómetros de longitud. Superlujo es lo que puede encontrarse en un casino que, además, es el edificio mas alto de Nevada. Y cuenta con otros atractivos: en el Palazzo se encuentra una de los dos tiendas que Lamborghini tiene en Las Vegas. El gran vestíbulo cuenta con una bóveda de cristal de 18 metros de alto, y dentro funciona una fuente de dos pisos. Aquí se ubica el restaurante Lavo, favorito de las celebridades.
El colonizador de Macao
Un boyante negocio bajo investigación
El juego está prohibido en toda China menos en Macao, la antigua colonia portuguesa que fue devuelta al régimen de Pekín en 1999. En lugar de cerrar los casinos, que suponen la principal industria local y aportan el 70 por ciento de los impuestos que ingresa el erario público, las nuevas autoridades los liberalizaron en 2001 y acabaron con el monopolio que controlaba desde hacía cuatro décadas el anciano magnate Stanley Ho, propietario de la Sociedade de Jogos de Macao.
La apertura de este mercado, uno de los más boyantes al amparo del extraordinario crecimiento chino, supuso el desembarco de los grandes casinos de Las Vegas, que importaban una nueva fórmula basada en el «glamour» , los espectáculos musicales, las tiendas de lujo y el ocio familiar por encima del sórdido juego puro y duro que hasta entonces se estilaba en Macao. Precisamente, el primer casino americano en abrir sus puertas fue, en 2004, el Sands de Sheldon Adelson, que por aquel entonces era el mayor del mundo con 800 mesas de juego y mil máquinas tragaperras.
Bajo investigación
El conservador magnate judío, millonario donante de Newt Gingrich en las primarias republicanas para la Casa Blanca, se embarcó en uno de los más ambiciosos proyectos urbanísticos de Macao: ganarle un kilómetro de tierra al mar para unir las islas de Taipa y Coloane en la franja de Cotai . Allí inauguró, en agosto de 2007, el casino Venetian Sands, cuyo gigantesco interior imita los canales de la ciudad italiana —góndolas incluidas— y dispone de 3.000 habitaciones de hotel, 800 mesas de juego, 6.000 máquinas tragaperras, un gran centro de convenciones con capacidad para más de 15.000 personas y un teatro donde se representa de forma permanente el musical «Zaia» del Circo del Sol.
Gracias a sus inversiones en Macao, el magnate americano ha disparado su fortuna hasta los 16.000 millones de euros, según Forbes. Pero también está siendo investigado por supuestos sobornos a las autoridades chinas y por sus presuntas conexiones con las «tríadas» mafiosas que controlan el negocio del juego.
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