El hombre de «K» en las finanzas

Con cerca de 40 grados en la calle Guillermo Moreno, el superpoderoso secretario de Comercio recibe en su oficina sin aire acondicionado o un mal ventilador, pero lo hace vestido con traje y corbata. En el despacho hay un amago de santuario a Evita Perón «con velas», detalla el ejecutivo que sufrió hace unos días la visita. Moreno, pese a no ser ministro, es el brazo ejecutor de los deseos económicos de Kirchner. «Tiene el control de todo», apuntan los que, para su infortunio, tienen que hacer escala en esa habitación.

Economista de 56 años, a un empresario extranjero lo recibió con la pistola sobre la mesa. En el consejo de Administración de Papel Prensa, la sociedad mixta del Estado con los periódicos «La Nación« y «Clarín», a los que amenaza con expropiar, repartió guantes de boxeo, y cuando comenzaron a sonar los primeros cacerolazos para Cristina se lanzó a la calle con los puños cerrados a repartir estopa a los manifestantes. Ese es el estilo de Moreno, el hombre de «K» en las finanzas.