Pleno de El Juli con cuatro orejas en el Aniversario de La México

Como si no se tratara de una de las figuras históricas del toreo, como si su futuro no lo tuviera solucionado y como si quisiera demostrarle a alguien quién es, el maestro Julián López «El Juli» se pegó un arrimón de miedo este domingo en la Plaza México durante la corrida del 66 Aniversario , para obtener un contundente triunfo de cuatro orejas indiscutibles.

El Juli estuvo verdaderamente valiente en la Monumental, ocupada por unos 30.000 espectadores . A sus dos toros de la ganadería de Xajay , malos —uno de sangre mexicana y otro de encaste español Buendía—, les hizo faena, se metió entre los pitones y les robó, literalmente, los muletazos. Hacía muchos años que no veía yo a Julián ser revolcado , pero ayer sucedió de tan entregado y empecinado en conseguir faenas. Por fortuna todo quedó en un fuerte varetazo en la pierna izquierda , que al lado de las dos orejas que le cortó a ese primero a nada le supo.

Su segundo, de procedencia española, soseó, pero El Juli le plantó cara hasta realizar una faena de gran mérito y con emoción . El toro se le frenaba a medio muletazo, y el maestro madrileño lo esperaba estoicamente para alargar la muleta y lograr lo inimaginable. Otra vez anduvo certero con la espada y otra vez el público pidió las dos orejas, consiguiendo así una rotunda tarde en su plaza México, donde se consagró y donde ha marcado historia al ser el único torero que ha indultado un novillo y un toro.

Reapareció tras haber permanecido inactivo durante todo el invierno el máximo triunfador de la temporada europea 2011, José María Manzanares , un torero exquisito, que nos regaló con una faena llena de temple, de arte, de belleza y personalidad con uno de los pocos toros buenos del encierro de Xajay, aunque al final se rajó. Lo mató bien y le cortó una oreja . Su segundo salió lesionado y al no querer regresar al toril tuvo que matarlo el alicantino, quien con el sustituto anduvo decoroso porque no había que hacer más.

El joven capitalino José Mauricio realizó una faena con detalles de mucha clase ante un astado noble al que al final le dieron arrastre lento y también consiguió una oreja . Con su segundo volvió a estar muy valiente y cumplió.

A Diego Silveti le gritaron «¡torero, torero!» , pese a que a punto estuvo de írsele vivo su primer toro y oyó dos aviso. Diego está padeciendo lo de su dinastía, porque ha dejado ir muchas orejas debido a sus fallos con la espada . Y es que la primera faena tuvo momentos muy buenos, pese a que el toro se rajó. Su segundo, como la mitad de todo el encierro fue malo y ya poco pudo hacer.