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José Manuel Blecua: «Hablo catalán en la intimidad y en público»

Filólogo y experto en fonética, hoy ejerce su magisterio en el caserón de Felipe IV, desde donde dirige una «empresa» con 450 millones de «clientes», los hispanohablantes

José Manuel Blecua: «Hablo catalán en la intimidad y en público»

Esta entrevista, celebrada el pasado miércoles en la sede de la RAE, tuvo que ser actualizada un par de días después, en cuanto se conoció el desenlace del enredo de la oferta de la presidencia del Instituto Cervantes a Mario Vargas Llosa . Blecua, interlocutor afable, no esquiva preguntas, pero ni se mete en charcos ni chapotea en la imprudencia. Hablar, para él, es construir.

-Nos hemos quedado sin Nobel para el Cervantes.

-La idea era muy buena, magnífica. Mario Vargas Llosa habría sido, ya lo es desde hace muchos años, un excelente embajador de la lengua española en el mundo, una figura indiscutible. Debe comprenderse, no obstante, que haya declinado, con cortesía y agradecimiento, esa invitación. El Cervantes, una institución que conozco bien porque fui director académico del Instituto, requiere mucha dedicación y Mario tiene múltiples compromisos, y, además, no querrá renunciar, como es lógico, a la creación literaria.

-Habrá pensado que quien mucho abarca...

-Es que Vargas Llosa es un hombre muy cumplidor. A las sesiones plenarias de la Academia acude siempre que está en Madrid. Por todas estas razones era muy difícil que pudiera aceptar la oferta, en mi opinión.

-Instituciones como la RAE son más que vistosas hornacinas.

-Aquí fundamentalmente se trabaja. Ahí está la Gramática, una obra que nos ha llevado once años, y ahora la preparación del Diccionario de 2014.

-¿Por qué el inglés ha conseguido convertirse en la lengua franca del mundo y el español no?

-Es un problema mucho más que cultural. El inglés tiene una dimensión económica, política, diplomática y comercial muy diferente. Nosotros podemos presumir en el ámbito cultural, pero en cambio tenemos, por ejemplo, una enorme debilidad científica. Todos los avances científicos se publican en inglés. ¡Hasta el punto de que el noventa por ciento de los artículos sobre el acento en español están escritos en inglés!

-Las nuevas tecnologías también están revolucionando la lengua. ¿Usted tuitea?

-Sigo muy de cerca el Twitter de la Academia, utilísimo para que el director controle lo que está pasando.

-Por cierto, la palabra «tuitero» aún no está admitida...

-No por ahora, pero lo estará enseguida. Las palabras, para ser admitidas, necesitan tener una vigencia y una extensión que hoy se miden a la perfeccción precisamente gracias a las nuevas tecnologías. Pero luego hay que ver si son o no perdurables. ¡Y con las nuevas tecnologías pasa mucho esto! Tenemos un ejemplo muy bueno en el diccionario, que es la palabra perforista, de cuando los ordenadores funcionaban con fichas perforadas...

-O sea, que términos como «tableta» pueden nacer y morir en un suspiro.

-No sabemos, pero si pensamos que las tabletas serán pronto enrollables y dejarán de ser tabletas...

-Se ha mostrado preocupado, y mucho, por el «aplebeyamiento» lingüístico de España.

-Esa palabra la inventó José Ortega para definir la sociedad de la época de Goya, cuando cambian los modelos y en la alta sociedad se empieza a imitar a los chisperos y manolas. Y eso de vez en cuando se produce. En los programas de televisión de hoy, por ejemplo. Quienes tendrían que ser modelos de lengua oral se convierten en todo lo contrario. Esto es muy grave, y el remedio ha de venir por la educación.

-Como profesor de Lengua Española durante décadas en Cataluña, ¿hasta dónde llega el conflicto lingüístico?

-Es un asunto que hay momentos en que está más desquiciado que otros, y no sé por qué. No se trata de un deterioro progresivo; sube y baja, según el momento. ¿Está esa cuestión peor hoy que en 1975? Pues no lo sé.

-Usted comenta a menudo que nunca ha tenido problemas.

-Nunca, aunque hace ya muchos años que dejé la docencia y no sé cómo están las cosas ahora. De joven, cuando yo estudiaba allí sólo había Departamento de Romanística, así que aprendí catalán, provenzal, francés antiguo, italiano...

-O sea, que habla catalán en la intimidad.

-En la intimidad y en público, claro.

-¿Ve entonces en estos rifirrafes un debate artificial?

-Cuando las cuestiones pasan de lo general a lo particular y hay personas que tienen un problema, no es un debate artificial. Pero la situación sociolingüística la ha cambiado sobre todo la inmigración. Los catalanes son hoy siete millones de átomos moviéndose no con dos lenguas, sino con ciento y pico.

-¿Es tan peculiar la vida académica como imaginamos?

-¿A qué se refiere?

-Desde fuera asistimos a sus intrigas de salón.

-¡Las mismas que en todos los sitios!

-Me fascina que a estas alturas empiecen ustedes las sesiones plenarias con preces en latín.

-Pues se rezan desde 1713, y hasta los agnósticos más constantes de la casa lo toman de una manera normal.

-¿Nadie se resiste?

-No, no. Todo el mundo se pone de pie, muy serio.

-De modo que la manera infalible de lograr que un ateo rece es hacerlo académico.

-¡Supongo!

Director de la Real Academia Española

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