Pruebas de la relación del titular de Defensa venezolano y las FARC
Correos electrónicos entre el ministro Rangel y el líder de la guerrilla dan la clave

Tras leer los correos publicados en un reportaje de cuatro páginas por « Semana », la revista de mayor circulación en Colombia, es evidente el grado de complicidad que existe entre el nuevo ministro de Defensa de Venezuela, Henry Rangel Silva, con el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, primera guerrilla del país), Rodrigo Londoño Echeverri, alias «Timochenko» o «Timoleón Jiménez» .
No es la primera vez que se vincula al general Rangel con la guerrilla colombiana. Ya en 2008, EE.UU. lo acusó de estar involucrado en asistir a las FARC con varios temas de drogas. La diferencia, esta vez, es que Rangel fue nombrado ministro de Defensa el pasado 6 de enero y «Timochenko» es el líder de las FARC desde noviembre pasado, tras la muerte del hasta entonces jefe, Guillermo León Sáenz, alias «Alfonso Cano».
Esta amistad podría entorpecer el buen momento por el que pasan las relaciones colombo-venezolanas. «Semana», que se basó en los correos de los ordenadores del desaparecido número dos de las FARC alias «Raúl Reyes», cuenta que Rangel «era el eje central de la conexión (del presidente venezolano Hugo) Chávez-FARC» . Esta relación empezó durante una reunión clandestina que sostuvieron el hoy ministro de Defensa y «Timochenko» en marzo de 2005 cuando eran mandos medios en sus respectivas jerarquías.
Ese encuentro, no autorizado por parte de Chávez, se dio tras el «incidente de Apure», como se conoció el enfrentamiento entre las FARC con el Ejército venezolano, en el que murieron seis nacionales de éste país. Según un mensaje que publica la revista, «Timochenko» le contó al Secretariado que con Rangel se acercaron posturas después de que el resultado de aquel combate ofendiera a Chávez. La guerrilla reafirmó unos compromisos adquiridos, entre los que estaba «la decisión de no secuestrar en territorio venezolano».
Nuevos brotes de violencia
Un año después, un nuevo correo de «Timochenko» relata otra reunión sostenida con Rangel, quien ya como jefe de la Policía política venezolana tranquilizó a la guerrilla sobre las relaciones entre los Ejecutivos de los países vecinos, al decir que llegaron a acuerdos «que cada uno sabe que no van a cumplir». Esta revelación ocurre cuando, tras más de un año de luna de miel entre ambos países, nuevos brotes de violencia ocurrieron en la frontera.
El viernes de la semana pasada, la explosión de un coche bomba en Tibú (provincia de Norte de Santander, en la frontera) dejó tres muertos en el caserío de Petrólea. El sábado siguiente, la explosión de dos bombas en las inmediaciones de una estación de Policía en Sardinata, municipio del mismo departamento, dejó heridos a dos uniformados.
Por eso a través del ministro de Defensa colombiano, Juan Carlos Pinzón, el Gobierno anunció su decisión de ampliar el control de sus fuerzas de seguridad. «Vamos a incrementar puestos y puntos de control en las cabeceras municipales, incrementar el control vial en las zonas de acceso», dijo sin precisar el número de uniformados que se emplearán. Esta zona, eminentemente petrolera, es centro de batalla entre bandas de delicuentes. Pinzón, en referencia a lo estratégico del lugar, agregó que derribando torres eléctricas y atentando contra el oleoducto, las FARC parecen estar interesadas en impedir el desarrollo de la región. «Vamos a proteger a todas las entidades que están trabajando para traer nuevas alternativas a Norte de Santander», adelantó.
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