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BOXEO

Los 70 inviernos de Muhammad Ali

Gran protagonista de la edad de oro del boxeo, se autoproclamó «el más grande». El Parkinson todavía no le ha tirado a la lona

Los 70 inviernos de Muhammad Ali REUTERS

M. Á. BARROSO

El «bocazas» para sus críticos. «El más grande» para él mismo y su legión de seguidores. «La gente no soporta a los bocazas, pero siempre los escucha» , dijo el gigantón de Louisville (Kentucky) antes de tumbar a Sonny Liston, el sobrio y demoledor campeón del mundo de los pesos pesados. Nadie daba un centavo por aquel joven que había ganado a los 18 años una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960, y cuyo estilo, según definición propia, consistía en «float like a butterfly, sting like a bee» ( «flotar como una mariposa, picar como una abeja» ). Bailando alrededor de Liston, le golpeó constantemente hasta que, en el séptimo asalto, el campeón no pudo resistir más picotazos de abeja. Corría 1964. Un año después, Cassius Marcellus Clay, rebautizado como Muhammad Ali por su conversión a los musulmanes negros , ganó también la revancha a Liston en el primer asalto con un golpe invisible, la célebre «mano fantasma». [Fotogalería]

Es probable que estos recuerdos hayan asaltado la mente de Ali al cumplir hoy 70 inviernos, resistiendo contra las cuerdas el asedio de un rival formidable, el Parkinson, que le golpea desde hace treinta años. El sábado pasado el centro cultural que lleva su nombre organizó una cena de gala en Louisville con el fin de rendirle homenaje y recaudar fondos para obras de caridad. Acompañado por su esposa Lonnie, Ali se vio con fuerza para recibir a los 300 invitados (algunos de los cuales pagaron mil dólares por el cubierto), balbucenado palabras de agradecimiento, tan humanamente alejado hoy de aquel «soy joven, hermoso, rápido y nadie me puede vencer» con el que retaba a sus rivales.

Hace un par de meses el viejo campeón se despidió de uno de ellos, «Smokin» Joe Frazier, que pasó a mejor vida. Ali fue desposeído de su título por su negativa a acudir a la guerra de Vietnam («Odio la guerra, odio los ejércitos: en esta vida solo amo combatir»), y cuando recuperó la licencia Frazier se interponía en su camino. Joe le propinó la primera derrota en el considerado «combate del siglo» , pero Ali se vengaría en el siguiente combate.

Eran los prolegómenos del «Rumble in the Jungle», su mítica victoria en 1974, en Kinshasa, Zaire, ante George Foreman, que había destrozado a Frazier en un par de asaltos. Don King labró en esa velada su leyenda de promotor de boxeo. La prensa pronosticó el fin de Ali, pero nuevamente se equivocó. Con su táctica «rope a dope», apoyándose en las cuerdas para contragolpear, acabaría noqueando a Foreman en el octavo asalto. Luego renovaría el título ante Frazier en una tercera pelea, un maratón brutal de golpes que llegó hasta el último asalto, donde venció por K. O. técnico. A principios de los 80, tras 61 combates (56 victorias, 37 por K. O., y 5 derrotas) se retiró del ring, pero no de la pelea por los derechos civiles y las obras benéficas.

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