Adiós al día más triste
El extraño poder de atracción de la pseudo-ciencia, la infinita capacidad de repetición de los medios de comunicación y el gusto por la conversación banal en las redes sociales confluyeron ayer para dar carta de naturaleza, de nuevo, a la absurda ecuación matemática elaborada por un profesor de la Universidad de Cardiff (Gales) que establece que ayer fue el día más triste del año. Cliff Arnal, un investigador académico que dio algunos cursos de psicología en el centro para adultos de la universidad galesa, estableció en 2005 una fórmula presuntamente matemática que le permitió determinar que el tercer lunes de enero es la jornada más depresiva del ciclo anual. Y, a pesar de que es conocido que lo hizo por encargo de una agencia de viajes y que el propio Arnal despojó de cualquier significado a su hallazgo el año pasado, el llamado «Blue Monday» ha vuelto a ser noticia. Y sí, fue «trending topic» en Twitter.
El profesor galés tuvo la audacia de presentar como variables matemáticas la bajada de las temperaturas —palpable en toda Europa occidental—, la resaca gastronómica de la Navidad, la lejanía del siguiente parón vacacional, el atracón de promesas que nunca cumpliremos para el nuevo año y la acumulación de deudas de la tradicional cuesta de enero, para introducirlas en una ecuación que señalaba al tercer lunes de enero como la madre de todos los lunes. Envalentonado por la previsible respuesta mediática a su descubrimiento —protagonista de una campaña de publicidad de su «mecenas», la agencia Sky Travel—, Arnal se atrevió a redactar ecuaciones para lograr un fin de semana perfecto o el día más feliz del año, que ubica en el tercer lunes de junio. Convertido en gurú de la felicidad, el antiguo profesor estableció la consultoría «Sin pastillas», que le permitió convertir sus «boutades» comerciales en un provechoso modo de vida.
Pero su gran hazaña es, en realidad, haber puesto en circulación un bulo semejante con el nivel de atención mediática que recaba año tras año en una cita que pone los pelos de punta a profesionales de la psicología, desesperados con lo pegajosas que resultan estas falsas efemérides en la era digital. Cada año, muchos le acusan de banalizar las causas de la depresión, atribuyéndola a variables tan contingentes como el frío o la nostalgia del langostino navideño. «Es una falta de respeto para quienes sufren la auténtica depresión el sugerir que es algo temporal, menor y experimentado por todo el mundo, en vez de una condición crónica que incapacita a menudo a quienes la padecen», explicaba ayer el doctor Dean Burnett, psicólogo de la Universidad de Cardiff, en «The Guardian».
Acosado por las críticas, Arnal —miembro de la Sociedad Británica de Hipnosis Clínica y Académica— reconoció en 2010 que la fecha carecía de valor, y que se había convertido en una profecía autorrealizada. «Me halaga el impacto si significa que la gente habla de la depresión, pero animo también a refutar la mera noción de que pueda existir un día más depresivo», reconoció en una entrevista. La «estadística» corrió ayer como la pólvora en Twitter, donde un usuario recordó que en 1957 Fats Domino popularizó la canción «Blue Monday», con aquello de «odio el triste lunes, trabajar como un esclavo todo el día». Con casi 5 millones de españoles sumidos en el «lunes al sol» forzoso del desempleo, este martes anuncia también tiempos revueltos.
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