Un minuto más cerca del fin
Las manecillas del reloj, que regula el Boletín de Científicos de EE.UU., han avanzado un minuto hacia el desastre global

Estamos destruyendo la Tierra. A pesar de los avisos no hemos frenado la carrera nuclear, el cambio climático o el agotamiento de los recursos naturales. Con esas amenazas pesando sobre su manecilla, el pasado martes el reloj del «Juicio Final» (Doomsday Clock), cedió un minuto más en la cuenta atrás hacia la media noche. Pero el simbólico reloj del «Juicio Final» no funciona solo.
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Su engranaje es en realidad la junta de dirección del «Boletín de Científicos Atómicos» , un grupo de científicos e ingenieros de Estados Unidos que participaron en la creación de la bomba atómica en 1945. Sabiendo el enorme peligro que su invención suponía para la humanidad, el equipo creó esta herramienta para garantizar que el mundo también era consciente de las consecuencias de su empleo. Según sus creadores, el reloj evoca la cuenta atrás antes de una explosión nuclear y la imagen del Apocalipsis por la referencia constante a la medianoche.
Más vulnerables
Cada minuto que perdemos en este reloj significa que la humanidad es más vulnerable a una catástrofe. Ahora este apocalíptico reloj marca las 11:55, lo que significa que solo cinco minutos nos separan del que podría ser el final de la Tierra. La decisión de adelantar un minuto el reloj y devolverlo a la hora que tenía en 2007 se ha basado en la catástrofe de Fukushima , la incertidumbre sobre el programa nuclear de Irán y la decepción que ha supuesto el ver como las esperanzadoras conversaciones e iniciativas para frenar el cambio climático se quedaban en agua de borrajas.
El reloj del Juicio Final empezó a correr en 1947 y desde entonces está situado en la Universidad de Chicago. En su inauguración el equipo del Boletín fijó su hora a las 11:53 . Eran los primeros años de la Guerra Fría y la amenaza de que Estados Unidos o Rusia utilizasen armas nucleares uno contra el otro era plausible.
En 1949 cedió cuatro minutos después de que la Unión Soviética probase su primera bomba atómica. En 1953 perdió un minuto más después de que Estados Unidos y la Unión Soviética testasen armas termonucleares. El reloj marcaba las 11:58, lo más cerca que ha estado en sus 65 años de existencia a la medianoche.
A lo largo de las décadas, la hora de este reloj ha ido cambiando, aunque no siempre a peor. En 1991 recuperó siete minutos después de que Estados Unidos y la Unión Soviética firmasen el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas.
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