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LIBROS

Eça de Queirós vuelve a las librerías

Con la publicación de 'La tragedia de la calle de las Flores' y 'Adán y Eva en el Paraíso' el escritor portugués consolida su presencia en el ámbito hispanohablante

ANTONIO PANIAGUA

Algunos le llaman el Flaubert portugués. José Maria Eça de Queirós (1845-1900), fundador de la novela realista de su país, es estudiado en las clases de literatura comparada al lado de Galdós y Clarín. Célebre entre el gran público por su obra 'El crimen del padre Amaro', llevada al cine en 2002 con poca fortuna por el mexicano Carlos Carrera, Eça de Queirós vuelve a estar en las librerías con dos relatos bien distintos. La editorial Gadir rescata 'La tragedia de la calle de las Flores', una novela que vio la luz 80 años después de la muerte del escritor y que su autor consideraba su mejor obra. Otro sello de fuste, Periférica, publica 'Adán y Eva en el paraíso', una narración sobre los primeros días en el edén.

Injustamente olvidado en el ámbito anglosajón, Eça de Queirós se ha ido abriendo paso, sin embargo, en el mundo hispanohablante. Jorge Luis Borges, que le incluyó en su 'Biblioteca Personal', dijo de este narrador que "la tardía crítica internacional lo consagra ahora como uno de los primeros prosistas y novelistas de su época".

¿Para qué andarse con rodeos? Eça es, con Camoens y Pessoa, figura capital de las letras portuguesas y uno de los grandes novelistas de todos los tiempos, un hombre que celebró un perfecto maridaje del realismo, el naturalismo y el espiritualismo del XIX.

Ironía e inteligencia

'Adán y Eva en el Paraíso' se publicó en 1897. El comienzo del relato no puede ser más chocante. "Adán, Padre de todos los hombres, fue creado el día 28 de octubre a las dos de la tarde…". A partir de aquí la narración avanza con ironía e inteligencia. En esta obrita, Eça de Queirós aúna la divulgación científica y el mito, mezcla el realismo más descarnado con la fantasía, sin descuidar el referente de la Biblia.

En las 80 páginas de que consta el libro, Eça de Queiroz emplea una prosa depurada y precisa para describir paisajes metafóricos y animales prehistóricos. El lector no puede evitar reprimir una sonrisa cuando se encuentra con una Eva que racionaliza todo lo que en Adán resulta aterrador y enigmático.

Gadir, por su parte, ofrece la primera traducción al castellano de 'La tragedia de la calle de las Flores'. No se sabe muy bien por qué este libro permaneció tanto tiempo inédito, sobre todo si gozaba de la estima del escritor. Quizá su parentesco con dos textos fundamentales en la obra de Queirós, 'Los Maias' y 'La Capital', refrenase a Ecá de Queirós a la hora de entregarlo a la imprenta. Conjeturas al margen, no hay duda del cariño del novelista por esta obra. En noviembre del 1877, el novelista y diplomático escribía a su editor que 'La tragedia' era "lo mejor y más interesante" que había salido de su pluma. Si bien la novela incurre en algunos descuidos sintácticos, la historia rebosa espontaneidad y frescura.

Considerada por su autor su "novela más cruel", 'La tragedia…' recrea con viveza la Lisboa de finales del siglo XIX. Se trata de una novela de ambientes y de personajes. No en vano, sus protagonistas quedan incrustados de manera indeleble en la imaginación del lector.

La novela es un compendio de las habilidades narrativas de Queirós. El escritor, que ejerció de periodista, diplomático y viajero impenitente, exhibe sus dotes para el humor y la tragedia, al tiempo que hace un alarde en la construcción de personajes. En 'La tragedia…' el amor y el sexo aparecen como fuerzas pasionales que se contraponen a las convenciones de la sociedad decadente de la Lisboa decimonónica. Como solo saben hacer los grandes, Eça lanza una crítica despiadada contra la sociedad de su época.

Eça de Queirós, ariete liberal contra el conservadurismo de la sociedad portuguesa, es aún hoy uno de los grandes referentes de la cultura lusa y una de sus más ricas personalidades. El escritor, que recorrió Europa de punta a cabo y que desempeñó cargos consulares a lo largo de 30 años, es autor de otras tan relevantes como 'El misterio de la carretera de Sintra', 'El primo Basilio, 'La correspondencia de Fadrique Mendes', 'La ilustre casa de Ramires' o 'La reliquia'. Estamos ante un escritor adorado en Portugal y Brasil y cuyos mejores valedores en España fueron Valle Inclán y Carmen Martín Gaite.

Como Flaubert, a Eça de Queirós le movía una ética de la perfección y un empeño obsesivo por el uso de la palabra exacta. Sus estudiosos destacan que durante su corta vida Eça de Queirós escribió más de lo que publicó. La tardía aparición de 'La tragedia…' es un ejemplo de ello.

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