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ABC Cultural

Dos Velázquez del Prado recuperan su tamaño original

A los retratos ecuestres de Felipe III y Margarita de Austria se les retiran las bandas laterales añadidas en el siglo XVIII

Dos Velázquez del Prado recuperan su tamaño original MUSEO DEL PRADO

NATIVIDAD PULIDO

La sala XII del Prado (o Sala de «Las Meninas») recibe, tras dos años de ausencia , a dos ilustres huéspedes: Felipe III y Margarita de Austria, retratados por Velázquez . Durante este tiempo los cuadros han sido limpiados y restaurados. Lo más destacado de este complejo trabajo, llevado a cabo por Rocío Dávila , es que los retratos ecuestres velazqueños han recuperado su tamaño original y, con ello, se entiende ahora el verdadero significado con el que los pintó Velázquez. Ambas obras formaban parte de un grupo de cinco retratos ecuestres (también estaban los de Felipe IV, Isabel de Borbón y el príncipe Baltasar Carlos), realizados por el maestro para el Palacio del Buen Retiro. Tras el incendio del Alcázar y la construcción del Palacio Real de Madrid, los cinco retratos fueron trasladados al comedor de Carlos III en la nueva residencia del Monarca.

Pero las medidas de estos cinco retratos eran distintas, por lo que se decidió igualarlos. A los retratos ecuestres de Felipe III y Margarita de Austria se les añadieron en el siglo XVIII sendas bandas laterales de unos 50 centímetros , por lo que las composiciones, que eran verticales, pasaron a ser cuadradas, lo cual alteró completamente la lectura de los cuadros , muy especialmente en el caso del retrato de Felipe III , como explica Javier Portús, responsable de la colección de pintura española del Prado. Velázquez quiso pintar en este retrato un gran escorzo del Rey a caballo, potenciado con un cielo luminoso, para subrayar la idea de dinamismo y violencia, que, al agrandar la composición, se perdió por completo. «Hasta ahora no se entendía muy bien el sentido de este retrato dentro de la serie -comenta Portús-, pero ya sí, al compararlo con el retrato que hizo del padre del Monarca, Felipe IV , donde subraya su sosiego y dominio». Dos maneras muy distintas, pues, de concebir la Majestad de dos Reyes por parte de Velázquez.

En el caso del retrato de la Reina Margarita de Austria , la ampliación también alteró el paisaje de la composición (Velázquez pintó el Oeste de Madrid, con la Casa de Campo y la sierra al fondo, que ahora se recupera) y restó protagonismo al prodigioso caballo que pintó. Rocío Dávila comenta que se han eliminado los barnices y la suciedad acumulada en ambos cuadros, se han tapado los arrepentimientos que salieron a la luz tras una restauración anterior, y se ha llevado a cabo una restauración «muy conservadora : se ha hecho lo mínimo, nunca hay que rehacer». Además, explica que se barajaron varias posibilidades con los añadidos laterales, pero que se optó finalmente por retirarlos y conservarlos como la mejor opción de todas.

Pero no acaban ahí las restauraciones del Prado, patrocinadas por la Fundación Iberdrola. También se ha presentado hoy la de una de las esculturas más bellas del museo: «Ariadna dormida », pieza romana del siglo II a. C.. Procede de una excavación arqueológica (le faltaban muchos fragmentos) y perteneció a la colección de la Reina Cristina de Suecia. En el siglo XVII se le restablecieron en el taller de Bernini los dos brazos, la nariz, la barbilla, un pie... Pero, como explica Sonia Tortajada , que ha llevado a cabo la restauración de la escultura, en colaboración con María José Salas (se ha tardado once meses), las uniones de los fragmentos originales se habían deteriorado mucho formando unas líneas muy oscuras que impedían la lectura unitaria de la obra, que se veía muy fragmentada. Se ha llevado a cabo una reintegración pictórica con acuarela, que es reversible , y se ha limpiado la superficie. Además, se le ha colocado una nueva base de mármol de Macael en color gris. También se ha renovado la arquitectura de la sala circular donde se exhibe esta escultura, conocida como la Rotonda de Ariadna: se ha abierto el gran ventanal que concibió Villanueva, aportando luz natural al espacio, y ahora podemos ver tanto el Patio de Murillo como el jardín botánico al fondo.

Pero las salas de restauración del Prado ya tienen nuevos inquilinos y otros están por llegar . Se están concluyendo los trabajos en «El vino en la fiesta de San Martín», de Bruegel el Viejo -tabla que adquirió el Prado el año pasado y que se presentará remozada en los próximos días-; se restaurarán dos ángeles de madera policromados del siglo XVI, y un cuadro de Rafael , «El Pasmo de Sicilia», que se exhibirá, ya restaurado, en la exposición que el Prado dedicará el próximo año a la última producción del genio italiano.

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