Continuidad en el pliego de Las Ventas
El nombre del ganador se conocerá el 29 de diciembre. Se pueden presentar las ofertas hasta el día 12

Opina Mariano Rajoy que no se debe cambiar lo que funciona bien. Pero, en el terreno taurino, no es fácil que toda la afición esté de acuerdo en que algo funciona bien. Pecaban de ingenuos los que esperaban novedades revolucionarias, ilusionantes y polémicas, en el nuevo pliego de adjudicación de Las Ventas. La dificultad de regir la primera Plaza del Mundo no aconseja aventuras arriesgadas. Se entiende, también, que la Comunidad no busque abrir nuevos flancos a la crítica: bastantes problemas tienen ya —habrán pensado— con la crisis económica y la temporada de conflictos sociales que se avecina. Una vez más, se ha recurrido a la sabia máxima de San Ignacio: «En tiempos de turbación, no hacer mudanza».
No era previsible que se introdujera un sistema de gestión directa o interesada, contrario a la filosofía liberal de la presidenta y a los intereses económicos de la Comunidad. Se ha mantenido la fórmula vigente, accediendo a algunas de las peticiones del actual empresario —y de cualquier otro—: rebajar el canon, reducir algo la temporada obligatoria y subir un poco el precio de las entradas (5%). A cambio, la empresa se tendrá que hacer cargo del resultado económico —deficitario, se supone— de las corridas del 2 de mayo y la Beneficencia. Muy discutible parece que el canon obligatorio sea mínimo, no fijo, abriéndose así el paso a posibles subidas, que acerquen el proceso a una subasta.
Las duras exigencias en cuanto a la experiencia profesional limitan mucho el número de posibles candidatos: se cierra así el paso a los aventureros pero también se restringe la renovación. Incluso algunos de los empresarios veteranos, si quisieran optar, tendrían que ir a fórmulas asociativas, que suelen ser poco claras.
Hablando en plata, con este pliego, muy pocos candidatos pueden acudir, sin asociarse con otros: Simón Casas, los Chopera, Choperita... Este último tiene las mayores probabilidades de volver a ganar. (Así, las posibles críticas a la gestión recaerían sobre él, no sobre el que lo ha nombrado: la situación ideal, para un político).
En ese caso, habría que desear que la programación fuera semejante a la de la última temporada, mucho mejor que la de los años anteriores, porque se hizo para abrirse el camino a una nueva adjudicación, que ahora parece bastante probable. Para bien y para mal, se ha preferido la continuidad a los cambios.
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