Sólo un 44 por ciento de los votantes del PSOE creen que Rubalcaba ganó el debate
Un sondeo de DYM para ABC señala que un 47 por ciento da vencedor a Rajoy y sólo un 21 a su rivalEl líder PP mejora más su valoración que el candidato socialista
Lo malo de una derrota, aparte de perder, claro, es que viene sin manual de instrucciones para manejar el ánimo del día siguiente. La campaña se le va a hacer larga a Pérez Rubalcaba después de que Rajoy le batiera con claridad en una lid que fue seguida por doce millones de espectadores. La casualidad —siempre tan puñetera cuando lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible— quiso que el «minuto de oro» coincidiera con el «yo no soy como usted» que le lanzó el candidato del PP al del PSOE, con casi catorce millones de personas escuchando la sentencia. No fue una degollina, pero Rajoy sometió con bastante holgura a Rubalcaba en el acto electoral más multitudinario de todos los que se celebren en España hasta el día de las votaciones y en el que el socialista había fiado el comienzo de su remontada. Pólvora mojada. Veamos el escrutinio demoscópico.
Según el sondeo del Instituto DYM para ABC, el 47 por ciento de los entrevistados creen que Rajoy ganó el debate y menos de la mitad (un 21 por ciento) opina que lo hizo Rubalcaba, el mismo porcentaje que cree que la justa quedó en tablas. Las tripas del sondeo son aún peores para el socialista, pues sólo un 44 por ciento de aquellos que votaron al PSOE en 2008 dan vencedor a su líder. Incluso un 21 por ciento de los socialistas sostienen que ganó Rajoy. Los electores del PP, por el contrario, no tienen duda de que salió victorioso su candidato (con un 84 por ciento). En general, el popular gana en todas las franjas de edad y en ambos sexos.
Los 26 puntos de diferencia hablan por sí solos de cómo terminó el enfrentamiento ante el cuerpo electoral. Respecto a lo que dijeron uno y otro, el panorama no mejora para el sucesor de Zapatero al frente del PSOE. Casi el 60 por ciento están «poco» o «nada» de acuerdo con lo que dijo Rubalcaba y sólo un 14 suscribe «todo» o la «mayoría» de su discurso. Rajoy mejora ese porcentaje de coincidencia: un 22 por ciento de los encuestados está de acuerdo en «todo» o la «mayoría» de lo que dijo, mientras que un 48 coincide «poco» o «nada» con sus palabras. Por partidos siguen las malas noticias para el cabeza de cartel socialista: hasta un 25 por ciento de los votantes de su partido están «poco» o «nada» conformes con sus palabras; entre los del PP ese porcentaje se reduce a menos de la mitad (12).
Donde hubo más equilibrio porcentual fue en la claridad para exponer sus propuestas, su defensa ante las críticas, la confianza generada y si pueden uno y otro ser un buen presidente. En tres de estas cuatro categorías volvió a ganar Rajoy a Rubalcaba: se defendió mejor (56 por ciento frente a 48), generó más confianza (43 frente a 32) y demostró que será un buen presidente (41 frente a 34). El candidato del PSOE sólo ganó en exponer sus propuestas con claridad (43 frente a 38).
En cuanto a las repercusiones del debate, la valoración de Pérez Rubalcaba casi no se ha modificado: el 16 por ciento de los que siguieron el debate ha mejorado su opinión sobre él y el 14 la ha empeorado. La valoración de Rajoy sí ha experimentado una ligera mejoría: el 19 por ciento de los que siguieron el debate tienen ahora mejor opinión sobre él y solo el 8 la ha empeorado. En general, el debate —del que 25 por ciento declaró no tener conocimiento o información— resultó «muy» o «bastante» interesante para el 36 por ciento y «poco» o «nada» para el 42. Un 20 por ciento, se puso a mitad de camino, y dijo que lo que allí ocurrió despertó «algo» su interés. Por partidos, los votantes populares estuvieron más interesados.
Breda en un plató
Tras los datos, sus efectos. El error de la estrategia de Rubalcaba en esa hora y media presidió la jornada. El que se autoerigiera en líder de la oposición durante la próxima legislatura, entregando las llaves de La Moncloa a Rajoy, dominó la resaca del enfrentamiento entre ambos por lo inusual de presenciar una versión de la rendición de Breda en el siglo XXI casi a las primeras de cambio. Los socialistas intentaron orillar la pifia, ejecutada ante millones de votantes, pero no pudieron detener que la ola dominante de los comentarios coincidía en que el candidato del PSOE se había encargado de acomodar a Rajoy en el banco azul del Congreso de los Diputados. Derechito y sin necesidad de un manual de instrucciones.
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