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Los ejecutivos no divisan brotes verdes hasta 2013

Los directivos españoles son ahora mucho más pesimistas que hace seis meses y prevén más recortes de plantillas y costes en las empresas

M. NÚÑEZ/ Y. GÓMEZ

Lo que todos los ciudadanos españoles perciben en su vida cotidiana, como son el empeoramiento de la situación económica y la falta de perspectivas claras de salida de la crisis , se refleja ya también en los estudios de las consultoras especializadas. Esta es una de las conclusiones de la cuarta edición del Informe Perspectivas, elaborado por KPMG, al que ha tenido acceso ABC , y que recoge la opinión de 215 directivos sobre la situación económica y sus perspectivas a corto y medio plazo. Según este informe, la mayoría de los encuestados, el 75%, colocan la recuperación de la economía española a partir de 2013. De hecho, solo un 4% apunta que podría producirse ya este año la reactivación económica, y un 21% lo deja para 2012. «Las expectativas sobre la evolución a seis meses son claramente de no mejora, aunque a un año vista los directivos son algo más optimistas», apunta el citado informe.

Ante estos resultados, Elena Pisonero, que ocupó la secretaría de Estado de Comercio y Turismo durante la primera legislatura del Gobierno Aznar, y que ahora es adjunta al presidente de KPMG España, explica a ABC que la opinión de los directivos refleja que tras un amago de recuperación a finales de 2010, vuelve el pesimismo y, además, las perspectivas de ajuste de plantilla son incluso mayores que en meses anteriores . «Hay empresas que han aguantado sin recortar su plantilla, en espera de una pronta recuperación, pero tres años después del estallido de la crisis no tendrán más remedio que hacer los ajustes hasta ahora aparcados, y eso ya se está reflejando en los datos de paro», argumenta. Y solo se empieza a ver algo de luz a un año vista.

A nivel sectorial, sin embargo, existen diferencias tanto en la percepción de la situación actual como en las perspectivas de evolución futura, y son la construcción, el sector inmobiliario y los medios de comunicación los más pesimistas, mientras que la distribución, el turismo, el sector público y el de servicios son los más optimistas ante el futuro .

Más reducciones de costes

En general, los directivos creen que en lo que queda de este año 2011 van a continuar los ajustes y el cambio de ciclo no llegará hasta 2013. Los ajustes serán sobre todo por la vía de la reducción de costes, tal y como dicen el 83% de los encuestados, y la reducción de plantilla, que es mencionada por el 54% de los directivos que han sido preguntados por KPMG. De las anteriores opiniones da fiel reflejo el dato de que tan solo el 30% de los encuestados esperan para 2011 un aumento de las ventas netas. Sin embargo, y a pesar del tono pesimista general, la inversión es para los directivos españoles una prioridad, ya que el 82% de los ejecutivos aseguran que no van a reducir su gasto en inversión, mientras que el 28% dicen que no solo lo mantendrán, sino que lo aumentarán .

Respecto a la internacionalización, la gran esperanza de muchas empresas españolas dada la crisis interna, el 34% de los directivos cuyas empresas tienen presencia en el exterior han decidido aumentarla. Los sectores de transporte, energía, infraestructuras y consumo son los que mayor incremento de exposición internacional quieren promover este año.

El hecho de que dos tercios de los ejecutivos aseguren que continúan realizando ajustes en sus empresas se debe a la sensación de empeoramiento de la situación económica, a que las perspectivas de recuperación económica mayoritariamente solo se producirán a partir de 2013 o 2014 y a la expectativa del descenso de ventas, apunta la consultora .

Según KPMG, los recortes y la reducción de plantilla son los ajustes que van a realizar de forma generalizada los encuestados en sus empresas en los próximos meses, lo que podría deberse, en algunos casos a la falta de confianza en la recuperación de la demanda interna, y en otros a que aquellas empresas que han intentado mantener su estructura durante los tres años que van desde el inicio de la crisis en espera de la recuperación ya no pueden hacerlo más. Esta última hipótesis podría estar apoyada por el hecho de que el número de respuestas que hablan sobre el recorte de costes y ajustes de plantilla ha crecido con respecto al año 2010.

Al margen de hipótesis, la realidad es que el porcentaje de directivos que opinan que la economía española está actualmente mal o muy mal aumentó del 83% en el último trimestre de 2010 al 90% en el segundo trimestre de 2011.

Mientras, el 22% de los encuestados opinan que la economía española va a empeorar en seis meses, mientras que el 68% no ven ninguna mejora a corto plazo.

Por contra, el porcentaje de directivos que creen que la economía española va a empeorar dentro de un año sigue siendo de aproximadamente el 18 o el 20%. Más de la mitad de los encuestados no son optimistas respecto al futuro a un año, aunque en su conjunto haya una ligera mejoría.

Todos estos resultados se enmarcan en el hecho de que durante el primer semestre de 2011 el crecimiento de la economía española fue inferior al del conjunto de la eurozona. Mientras España crecía, en el segundo trimestre a una tasa del 0,7% interanual, el conjunto de los países que forman la unión monetaria lo hacía a un ritmo del 1,6% interanual.

La explicación, según KPMG, es que la ralentización de la tasa del crecimiento de algunas de las principales magnitudes económicas agregadas, que se produce en la eurozona en el segundo trimestre, siguiendo la tendencia del primero, fue algo más acusada en España.

Según la consultora, «en España el consumo privado no creció y el consumo público decreció, mientras que la formación bruta de capital fijo, la inversión, descendió, no solo en el sector de la construcción, sino también en el de bienes de equipo. La mejora de la balanza comercial, que supuso el aumento del 8,4% interanual de las exportaciones y una disminución del 1,7% de las importaciones, ha sido la responsable de mantener la cifra de cercimiento en positivo».

Respecto al paro, uno de los problemas casi «endémicos» de la economía española, el estudio señala que la tasa de paro se situó al final del trimestre en el 20,9%, según datos del Instituto Nacional de Estadística, cifra que subió al 32,1% entre los jóvenes de 20 a 29 años.

Y por si todo lo anterior fuera poco, las perspectivas no son más positivas a corto y medio plazo. La Comisión Europea, por ejemplo, pronosticó a mediados de septiembre que España crecerá este año solo un 0,8%, la misma cifra que dio en mayo, y por debajo de la que prevé el Gobierno español, que sigue insistiendo en que confía en cerrar el año con un avance del PIB del 1,3%.

En términos intertrimestrales la situación es igualmente mala, ya que Bruselas asegura que el crecimiento por trimestres muestra una desaceleración del PIB español, pues la CE espera que entre julio y septiembre se sitúe en el 0,1% y que mantenga ese ritmo en los últimos tres meses del año. Durante el primer trimestre el crecimiento de España fue mayor de lo esperado y llegó al 0,4%, impulsado por las exportaciones, lo que explica que se mantenga la misma cifra para todo el año, pese a que entre abril y junio cayó al 0,2%.

Un frenazo global

Sin embargo, y por poner las cosas en contexto, el frenazo de la economía en esta segunda mitad del año no se ha producido solo en España, sino que en conjunto de la eurozona también sufrirá el parón aunque, en el conjunto del año, crecerá un 1,6% debido a los buenos resultados del primer trimestre.

En términos intertrimestrales, y como consecuencia del agravamiento de la crisis de la deuda, Bruselas ha revisado significativamente a la baja sus previsiones para el tercer y cuarto trimestre, cuando cree que la eurozona crecerá solo un 0,2% y un 0,1% respectivamente.

Las razones de fondo de esta revisión a la baja de las previsiones son el debilitamiento de la demanda interna, el deterioro de la confianza y el impacto de la crisis en los mercados financieros y de las consecuencias de los ajustes fiscales en algunos países comunitarios.

En este escenario, la encuesta de KPMG refleja la preocupación de los directivos por la incertidumbre del entorno, una incertidumbre que lleva a las empresas a ajustarse al máximo en espera de tiempos mejores.

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