Las agencias degradan las perspectivas de los principales bancos españoles
Standard & Poor's baja la nota a diez entidades y Fitch a otras seis, entre ellas Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter
Suelen actuar en tromba y a destiempo, cuando lo último que necesitan los mercados —de por sí dados a la histeria— es una razón más para la desconfianza. Ayer, en pleno debate sobre la recapitalización de la banca europea, y tras azotar hace unos días a bancos portugueses y británicos, las agencias de rating lanzaron un ataque masivo contra el sistema financiero español . Standard & Poor's y Fitch rebajaron su nota a más de diez entidades del país. Entre ellos, Santander, BBVA, Popular, Sabadell y Banesto. ¿Y por qué? Por su exposición al ladrillo y por ser españoles, alegaron las agencias.
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Fitch, que la semana pasada rebajó la nota de España dos escalones (a «AA-» con perspectiva negativa, una suerte de notable), justifica que los bancos no deben gozar de una calificación mayor que el país en el que están domiciliados. Y S&P liga su rebaja a la que da al conjunto del sistema financiero español, un 3 dentro de su escala del uno al diez que mide la fortaleza del sector en función del riesgo país .
Debilidad y ladrillo
Las agencias considera que la debilidad económica en España y los problemas del sector inmobiliario seguirán afectando al negocio bancario español y a la calidad de sus activos. Con esas, Fitch bajó ayer la nota de solvencia de seis bancos y S&P a diez entidades, además de empeorar la perspectiva de otras cuatro.
Para Fitch, la puntuación del Santander y Banesto pasa de «AA» a «AA-»; la de BBVA de «AA-» a «A+»; Caixabank desciende de «A+» a «A», y Banco Popular y Banco Sabadell pasan de «A-» a «BBB+». A todos estos bancos les otorga además una perspectiva negativa. S&P rebajó de «AA» a «AA-», con perspectiva negativa, las calificaciones de Santander, Banesto y BBVA. A Ibercaja, Bankinter, Sabadell, Kutxa y BBK las pasa de «A» a «A-» con perspectiva también negativa. A Caixabank y Bankia les mantiene la nota, pero les cambia la perspectiva a negativa. En el caso del Popular, S&P sitúa ahora su calificación («A-») en vigilancia con implicaciones negativas, solo un día después de que Moody's pusiese a esta entidad en revisión tras su fusión con Pastor. Y a la patronal de las cajas, la CECA, le baja la nota de «A» a «A-».
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