La Policía de Nueva York no se arruga con sus «indignados»
700 manifestantes detenidos por intentar cortar el tráfico en el puente de Brooklyn
Los integrantes del grupo «Occupy Wall Street», unos 1.500, comenzaron sobre las tres de la tarde del pasado sábado una marcha pacífica desde el parque Zuccotti, ubicado a unas manzanas del centro financiero y donde los manifestantes tienen su sede, hacia la misma calle Wall Street como vienen haciendo desde el pasado 17 de septiembre para protestar contra la avaricia y la corrupción del sistema económico estadounidense. Durante el camino, los jóvenes repartieron ejemplares de su periódico, «The Occupy Wall Street Journal», y recitaron cánticos como: «Está es la imagen de la democracia». La Policía, que los escoltó en todo momento, reaccionó inmediatamente cuando los manifestantes comenzaron a caminar por los carriles destinados al tráfico rodado del puente de Brooklyn.
Los agentes avisaron por megafonía que si invadían la calzada destinada a los vehículos y no utilizaban la zona peatonal serían detenidos. Según Paul Browne, portavoz de la Policía, hay material filmado que así lo demuestra. A pesar de ello, muchos decidieron seguir su camino por los carriles para vehículos al grito de «Tomemos el puente».
Fue entonces cuando tres filas de agentes se colocaron en el centro del puente y otros tantos se ubicaron en su entrada. Los manifestantes quedaron entre medias del cordón policial y comenzaron a ser detenidos uno a uno. Retenidos con esposas de plástico, la mayoría de los detenidos fueron desalojados del puente en autobuses y puestos en libertad horas más tarde con citaciones por desorden público. Los alrededores del puente se convirtieron en un pandemonio de manifestantes concentrados que pedían a gritos que liberasen a sus compañeros y de coches atascados, ya que la circulación en el puente permaneció cortada durante horas.
En esta ocasión la actuación policial, tan criticada el sábado pasado cuando el inspector Anthony Bologna roció spray pimienta sobre cuatro mujeres, no fue el centro de la polémica, aunque algunos de los manifestantes insistieron que fueron guiados por la Policía hacia el puente para ser luego detenidos. Los «indignados» neoyorquinos comenzaron su acampada el 17 de septiembre, pero las cifras publicadas el pasado viernes por la Oficina del Censo dando cuenta de que los ingresos medios de las familias americanas han decrecido en un 2,3%, que hay cerca de 44 millones de pobres y que la tasa de paro ya está en el 9,1% han calentado más los ánimos.
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