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El ministro ruso de Finanzas disputa el Gobierno a Medvedev

Alexei Kudrin presenta su dimisión tras un enfrentamiento público con el actual presidente

RAFAEL M. MAÑUECO

La primera consecuencia de la pérdida de peso y autoridad del todavía presidente ruso y tal vez futuro primer ministro, Dmitri Medvedev, no se ha hecho esperar. El solvente ministro de Finanzas, Alexei Kudrin, dimitía ayer después de recibir una reprimenda de Medvedev. Kudrin, con sus propias y altas ambiciones políticas, advirtió 24 horas antes que dejaría el cargo si, como prometió el sábado Vladímir Putin, el actual jefe del Kremlin es nombrado jefe del Ejecutivo.

La refriega entre el ministro de Finanzas y el actual máximo dirigente ruso comenzó el domingo durante una visita del primero a EE.UU. «No me veo en el nuevo Gobierno. La cuestión no es solo que no me han propuesto nada, sino que mis discrepancias con Medvedev me impiden integrarme en ese equipo», declaró. Según las recriminaciones públicas del ministro —quien sonaba desde hace tiempo como posible jefe del Gobierno ruso— «no comparto con el actual presidente su visión de la economía, especialmente por haber elevado significativamente el gasto en Defensa».

La única salida, dimitir

La respuesta de Medvedev no se hizo esperar. Al día siguiente, el presidente ruso afirmó: «Esas declaraciones son inadecuadas y carecen de justificación. Nadie ha revocado el principio de disciplina y subordinación en el Gobierno». A su juicio, si el ministro de Finanzas no está de acuerdo, «hay un único camino, que es dimitir». «Esa es la propuesta que te hago», añadió Medvedev.

Pero Kudrin es un político ambicioso, que cuenta con la confianza de Putin y a quien nadie da por acabado pese a su renuncia. Por el contrario, su maniobra deja bastante patente cómo el ministro de Finanzas eleva la apuesta para ver si desbanca a Medvedev del cargo de primer ministro que le ha prometido Putin al actual presidente.

Tras los reproches de Medvedev y su sugerencia de que abandonara el cargo, Kudrin contraatacó: «Es cierto que tengo discrepancias contigo, pero lo consultaré con el primer ministro (Putin) y tomaré una decisión». A lo que el presidente le espetó, ya sin tutear: «Usted puede consultar con quien desee, incluso con el primer ministro, pero por ahora yo soy el presidente y tales decisiones las tomo yo».

El politólogo Dmitri Oreshkin cree que el enfrentamiento muestra «importantes tensiones dentro de la élite rusa» a propósito de los cambios anunciados el sábado por Putin. En declaraciones a la radio «Eco de Moscú», Oreshkin alertó sobre el hecho de que «la dimisión de Kudrin supondrá un duro golpe para el Gobierno, para su política de reformas y, en general, para la reputación de Rusia ante los mercados».

Ante estas tensiones en torno al retorno de Putin a la presidencia de Rusia, el rublo acentuó ayer su descenso de los últimos días y se registró una afluencia muy por encima de lo normal a los bancos y casas de cambio en busca de divisas como el euro y el dólar.

El ex ministro de Economía y actual presidente del Sberbank, German Gref, cree que Putin y Medvedev «tendrán que acelerar las reformas liberales». «Y para ello hay consenso», añadió. El ex presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, sin embargo, estima que «no habrá avances si no se producen profundos cambios en todo el sistema». Gorbachov cree que hay que renovar el actual equipo de gobierno y «no pensar solo en conservar el poder». «El responsable de lo que se ha hecho en los últimos tiempos y el que ha llevado a la situación actual es Putin; y seguramente éste tendrá que tomar ahora decisiones importantes», agregó.

La vuelta de Putin al Kremlin, sin dejar que su delfín tenga un mandato más, ha puesto de manifiesto lo que era un secreto a voces: que es él quien ha dirigido verdaderamente el país desde 2008. A Medvedev, por tanto, se le percibe ahora muy debilitado, como un político cuyo único mérito ha sido ser fiel a su mentor. Kudrin, con un currículum mucho más sólido, se ve a sí mismo con más méritos para soportar regañinas y presiones de Putin que el actual presidente, quien ha adolecido de una total falta de autonomía con respecto a su mentor.

Es posible que Kudrin no sea la única deserción en el Gabinete, ante la perspectiva de que acuda Medvedev a dirigirlo. Lejos quedan las expectativas generadas por el presidente ruso para cambiar una política estancada, antidemocrática y corrupta. Según el politólogo Gleb Pavlovski, «Medvedev ha traicionado a quienes creyeron en él».

El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, ha advertido de que «todos los que estén en desacuerdo con la política del presidente y del primer ministro saldrán del Gobierno». De acuerdo con sus palabras, «el Ejecutivo debe estar cohesionado, sobre todo en un período difícil como el actual».

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