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FORMÓ PARTE DE LA PRIMERA EXPEDICIÓN AL K2

Muere a los 81 años Walter Bonatti, una de las mayores leyendas del alpinismo

En 1954, sobrevivió a una noche a la intemperie a 8.100 metros de altura mientras sus compañeros, que le dejaron solo, hacían cumbre en el K2

Muere a los 81 años Walter Bonatti, una de las mayores leyendas del alpinismo AP

OLALLA CERNUDA

Su nombre quedará ligado para siempre al de las grandes leyendas del alpinismo, esas que soñaron con explorar cimas nunca antes pisadas por el hombre . Walter Bonatti, el gran aperturista de vías de dificultad en los Alpes, y uno de los escaladores que formó parte de la expedición italiana que pisó por primera vez la cumbre del K2, ha muerto en Roma a los 81 años de edad.

Nacido en Bérgamo en el año 1930, on 19 años, mientras se preparaba para ser guía de montaña, hizo remarcables escaladas, como la cara norte de las Grandes Jorasses . Por eso a nadie le extrañó que, cuando tenía tan sólo 24 años, fuera elegido para unirse a la expedición italiana que en 1954 pretendía escalar por primera vez el K2 , la segunda montaña más alta del planeta.

Bonatti era el más joven del equipo, y quizá por eso sus compañeros de expedición decidieron que él no subiera a la cumbre pero sí le encomendaron que, junto al porteador Amir Mahdi, ayudara a llevar oxígeno a 8.100 metros de altura , para que utilizaran sus compañeros en el último ataque a cima, pero el hecho de que este campamento estuviera más arriba de lo que pensaban truncó los planes.

Los dos se vieron obligados a pasar la noche a la intemperie , con temperaturas de 25 grados bajo cero y vientos de 70 kilómetros por hora mientras sus compañeros Lino Ladecelli y Achille Compagnoni pisaban, por primera vez, la cumbre de la segunda montaña más alta del planeta.

Contra todo pronóstico, Bonatti y el sherpa sobrevivieron , bajaron al campo base y ahí comenzó su calvario: mientras el alpinista aseguraba que sus compañeros le dejaron abandonado a su suerte, éstos negaban su versión de los hechos y simplemente volvieron a casa, recibidos todos como héroes, sin ni siquiera pedir excusas a Bonatti ni al porteador paquistaní, que perdió todos sus dedos por las congelaciones sufridas esa noche. Sólo 54 años más tarde Compagnioni, Ladecelli y el resto del equipo reconocieron lo ocurrido y pidieron disculpas a Bonatti.

Lo que sí hizo lo sucedido en el K2 fue cambiar a la joven promesa del alpinismo para siempre: ya no se fiaría de nadie, y nada mejor en ese caso que hacer escaladas solo, sólo dependiendo de uno mismo, y de gran dificultad.

Así llegaron solo un año después la nueva ruta al Petit Dru de los Alpes franceses, donde sobrevivió a seis días solo colgado en una pared de mil metros de altura; o la primera escalada invernal en 1963 a la norte de las Grandes Jorasses , por la Punta Walker; la primera ascensión al Gasherbrun IV (7.925 metros); la primera ascensión al pilar suroeste de la Aguja del Dru –que fue después bautizada como el Pilar Bonatti- o la primera ruta invernal en solitario a la cara norte del Matterhorn .

En 1961 decidió, por fin, contar lo que realmente había pasado aquella noche en el K2 y su libro “ A mis montañas ” se convirtió en toda una declaración de principios que además sirvió para que sus entonces compañeros de expedición reconocieran su versión de los hechos.

A partir de 1965, el alpinista italiano cambió las montañas que le dieron la vida para dedicarse a ellas de otra forma: escribiendo, y sobre todo fotografiándolas, y ha seguido haciendo reportajes en revistas de viajes durante más de 30 años . A los 81 años, Bonatti falleció en su casa en Roma.

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