«Ojalá existiera la perpetua para los asesinos de mi hijo»

«Unos cuantos años de cárcel no resarcen la muerte de un hijo. Nos sentimos desamparados. Ojalá existiera la cadena perpetua para los asesinos de Bruno». Quien habla es Begoña Ortega, una madre desgarrada por el dolor e impaciente para que se haga justicia por la muerte de su vástago . Lo que se suponía que iba a ser una noche de fiesta acabó con el final más trágico. El 24 de mayo de 2008, Bruno Sánchez Ortega, de 19 años, perdió la vida tras una pelea en un local de copas de La Cubierta de Leganés. Los presuntos homicidas le patearon, golpearon y persiguieron por el aparcamiento de la plaza de toros hasta herirle de muerte.

Tres años más tarde, los sospechosos —Jonathan P. J., Francisco José G. G., Hilario Jesús Y. E. y José Antonio A. A.— se sentarán hoy en el banquillo de la Audiencia Provincial durante toda esta semana en la vista oral. Según las calificaciones provisionales de la Fiscalía, todos ellos participaron de una u otra forma en la muerte de Bruno . Para los dos últimos —que responden como autores de un delito de lesiones—, el Ministerio Público solicita penas de cárcel de cinco años y tres años y seis meses, respectivamente. Para Jonathan y Francisco José, que siguen en prisión preventiva, entre 13 y 15 años por homicidio y lesiones con un instrumento peligroso —una botella de cristal— con el que degollaron a la víctima.

La trifulca empezó en los baños de un bar de copas llamado PK2, pasadas las cinco y media de la madrugada, según el fiscal. La pelea se trasladó a la pista de baile, donde se sumaron más personas que no pudieron ser identificadas. Los porteros de la discoteca intervinieron en la pelea y echaron a todos los partícipes fuera del establecimiento .

Ya en la calle, Hilario y José Antonio propinaron puñetazos y reventaron una botella contra Joaquín, un amigo de Bruno. Éste salió en su ayuda y, tras verse superado en número por sus agresores, huyó corriendo hacia el aparcamiento del recinto.

En su fuga, Francisco José y Jonathan le alcanzaron, propinándole puñetazos y patadas. Según el escrito de la Fiscalía, en ese momento Jonathan cogió una botella de cristal del suelo y se la rompió a Bruno en la cabeza, provocándole una herida mortal en el cuello que le seccionó la carótida, la yugular y parte de la tráquea . Instantes después cayó desplomado en el suelo y los agresores huyeron. Cuando llegó la UVI del Summa, la víctima estaba inconsciente y su estado era muy grave. Fue trasladado al Hospital Doce de Octubre, donde falleció a primera hora de la mañana.

Los padres de Bruno no han dejado de luchar desde aquel trágico día para que los responsables de la muerte de su hijo acaben entre rejas. «Estamos rotos y muy decepcionados con la justicia. No sabemos quién tiene la culpa, si los jueces, los políticos o el sistema; pero lo cierto es que dos de los acusados están libres por la calle mientras que mi hijo está enterrado», explica a ABC Begoña Ortega.