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Con un subtítulo tan sugerente como «Reload» , la compañía que lidera Carlus Padrissa representa en la Biblioteca de Cataluña (C/Hospital, 56) hasta el 4 de septiembre el clásico de Àngel Guimerà. La función es tan casera como ambiciosa.
La apuesta por este texto, del que se guarda su primer ejemplar en este mismo edificio, pretende revalorizar una de las obras teatrales más populares de la dramaturgia catalana. Y lo hace de una forma muy original. Primero fue la película que se estrenará como plato fuerte de la Diada en TV3 y ahora llega la puesta en escena. Ambos ejercicios están interrelacionados.
En la dirección de «Terra Baixa Reload» encontramos a Isidro Ortiz y Carlus Padrissa, y en el reparto tenemos que dividir entre los actores virtuales, Joan Pera o Francesc Orella (extraidos de la película y que aparecen proyectados en diferentes pantallas ), y cinco intérpretes que actúan in situ encabezados por Marina Gatell. En cuanto a la música ambas bandas sonoras son de Pep Sala.
«Es una revisión del clásico, una mirada contemporánea que pasa por darle el protagonismo al personaje de Marta que es la verdadera víctima», explica Isidro Ortiz. La actriz, que recoge todo el peso, reconoce que es un reto enfrentarse literalmente con varias pantallas en las que aparecen algunos de los personajes de forma virtual. «Es una mujer muy interesante que empieza la historia llena de angustia y confusión —explica Marina Gatell—. La primera frase que dice es muy explicativa: «¿Por qué tengo que llorar de esta manera? El recorrido de Marta es el análisis de una lágrima…».
« “Terra Baixa” es un programa piloto —destacó Padrissa durante la presentación— pero nuestra idea es seguir con esta aventura. Hemos sido pioneros de este tipo de espectáculos y a partir de aquí se abren las puertas; este proyecto está en su primer estado pero se desarrollará mucho». La Biblioteca de Cataluña, con tierra en el suelo, es perfecto para este montaje. «Es un espacio muy furero», añade Padrissa.
Las primeras funciones de este experimento tendrán lugar durante trece días en la calle Hospital pero seguro que la propuesta, en constante evolución, volará por todo el mundo «incluso estamos tanteando la idea de viajar al Teatro Solís de Montevideo».