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La Policía carga en Sol para despejar la plaza de manifestantes «anti-Papa»

Sol se convirtió en una ratonera en la que los fieles y los detractores del Papa se cruzaron insultos. Los indignados vuelven a tomar la emblemática plaza

La Policía carga en Sol para despejar la plaza de manifestantes «anti-Papa» VÍDEO: TATIANA G. RIVAS

GUILLERMO D. OLMO y GUILLERMO D. OLMO

Tenía que pasar. Si en una plaza repleta de peregrinos haciendo turismo y celebrando la víspera del visita del Papa aparece una manifestación multitudinaria contra esa misma visita, lo normal es que unos y otros se enzarcen. Es obvio, pero no lo tenía previsto la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, con el resultado de las bochornosas imágenes que ha dejado la jornada del martes.

Sol volvió a convertirse en lo que últimamente es, la plaza de la discordia, cuando la cabecera de la manifestación «anti-Papa» , bajo el lema «de mis impuestos, al Papa cero» llegó allí desde Tirso de Molina donde había arrancado. Al llegar allí, surgieron los primeros cruces de insultos.

Mientras los jóvenes católicos coreaban el nombre del Papa Benedicto XVI, los manifestantes gritaban lemas como «menos crucifijos y más trabajo fijo». Entre unos y otros la tensión iba en aumento ante los denodados esfuerzos de los agentes de la UIP de la Policía Nacional para que no prendiera la mecha de la violencia. Fue al llegar a la zona de Sevilla cuando se produjo la primera detención de la jornada. El día terminó con siete detenidos. Hubo además once heridos por contusiones leves, dos de ellos eran agentes de Policía.

Completado el recorrido de la marcha, una vez más, los «inignados» volvieron a tomar la Puerta del Sol y sus aledaños . Una vez más, convirtieron la plaza en el escenario de sus proclamas. Alrededor de las diez y media de la noche se produjo la primera carga policial para disolver una manifestación que debía haber finalizado en Tirso de Molina. La Policía blindó la Puerta del Sol y los manifestantes se concentraron en los alrededores, hasta que, poco a poco, se disolvieron pasadas las doce de la madrugada. A medianoche, los servicios de limpieza entraron en la plaza para dejarla lista para la llegada del Papa.

Lo que parece claro es que a la controvertida decisión de autorizar la marcha le ha seguido el error de no haberla despejado previamente de peregrinos. Un despropósito que vuelve a poner España en el foco informativo mundial, horas antes del aterrizaje del Pontífice en Madrid y con la ciudad llena de cientos de miles de fieles. Y lo peor es que todo apunta a una nueva batalla por la Puerta del Sol.

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