«¿Se puede llegar a remo hasta Gibraltar?»
Un marfileño «sin papeles» relata a ABC la travesía nocturna de cientos de subsaharianos para alcanzar Ceuta
Abu Attaro tiene 18 años, es de Oujin (Costa de Marfil) y tras vagabundear dos años por Mal, Argelia y Marruecos consiguió arribar el jueves a Ceuta remando en una barca «toy». «Éramos un grupo de siete personas, un marroquí nos impulsó en la costa y luego remamos lo que pudimos. Los soldados marroquíes no nos cogieron, pero nos rescató Cruz Roja». Una lección muy aprendida por los cientos de subsaharianos que esperan su momento al otro lado de la frontera, en los bosques cercanos a Castillejos o Beliones, donde tienen sus asentamientos.
De madrugada se hacen a la mar. Con chalecos salvavidas, flotadores y sus teléfonos móviles bien protegidos. No hay lugar a la improvisación. «Incluso ensayamos en los montes con los remos» , explica. Según cuenta Attaro, su odisea le ha costado unos 7.000 euros que han sido tributados a las distintas mafias que se hacen cargo del negocio de la inmigración ilegal en todos los países africanos que deben cruzar marfileros, gambianos, malíes y senegaleses, principales nacionalidades de esta nueva ola migratoria que tiene en Ceuta y Melilla sus grandes objetivos ante el blindaje del Estrecho de Gibraltar por el sistema de vigilancia marítima SIVE y por los acuerdos firmados con Mauritania para poner fin a la llegada de cayucos a las Islas Canarias.
El itinerario hasta llegar a Ceuta o Melilla es la clásica ruta transahariana de la inmigración ilegal: todos parten hacia Malí, donde las mafias los concentran, para después subir al sur de Argelia y de ahí a Marruecos por el paso de Oujda. De esta localidad a Rabat viajan en tren, y en la capital marroquí permanecen meses para financiar su travesía hacia las ciudades autónomas españolas. Una vez en la frontera, todo es tan «sencillo» como remar o nadar entre media y una hora y media, dependiendo de la modalidad y el «motor humano» que tuviesen.
Attaro es musulmán, el sol está en todo lo alto y rechaza educadamente el agua que le ofrece el periodista. «Merci, mais c'est Ramadan», argumenta en francés mientras señala que nada puede entrar en su boca. Parece fijarse en la playa Bentez, donde los ceutíes bajan el día festivo de la patrona local, la Virgen de África, con barbacoas donde asan algunas caballas. Pero no es la playa, ni su olor, lo que colma su deseo, sino el peñón de Gibraltar que, diáfano, se observa en el horizonte. Los ferrys van y vienen.
« Sé que es difícil, pero tengo que llegar allí , tengo que satisfacer a mi familia que ha dado todo por que yo pueda venir a Europa», explica ensimismado al tiempo que relata algunos horrores de la guerra que vivió en su país. Bromea con la posibilidad de emular a su compatriota Didier Drogba, el futbolista marfileño que juega en las filas del Chelsea, el modelo de triunfo a seguir por esta nueva generación de inmigrantes marfileños. «Aunque me conformaría con aparcar coches como hacen algunos inmigrantes en Ceuta», prosigue la broma, algo más receptivo según fluye la conversación.
Marruecos no ayuda
Como Attaro, muchos otros inmigrantes subsaharianos pasean por la carretera que une la ciudad autónoma de Ceuta con la pedanía de Benz, en dirección al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, donde reciben asesoramiento, ayuda y terapia de integración.
En realidad, todos los subsaharianos que cruzan a nado o en embarcaciones hinchables la frontera esperan que las autoridades españolas se hagan cargo de ellos. En ocasiones la Guardia Civil o Salvamento Marítimo tienen que esperar a que la corriente los arrastre a aguas españolas para poder iniciar el rescate, aunque los hayan avistado con anterioridad. Por su parte, las autoridades marroquíes tampoco hacen nada por impedir que entren en territorio español una vez abandonadas las playas más próximas a España.
«¿Se puede llegar a remo hasta allí?», pregunta mientras señala el Peñón de Gibraltar. Después duda y reflexiona: «porque no volveré a mi país». En 12 o 15 meses Abu probablemente sea repatriado.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete