Un relevo de oro

Ha sido el torneo perfecto. Nueve victorias en otros tantos partidos. La última, la conseguida ayer ante Serbia en la final , permitió a la selección celebrar el título de campeón de Europa de la categoría y, de paso, alargar el dulce momento que viven las categorías inferiores del baloncesto español.

La selección española selló su triunfo en el Eurobasket sub 18 con la misma fórmula que les había llevado plácidamente a la final. Intensidad defensiva sin tregua y eficacia en el lanzamiento. Solo Lituania ha conseguido pasar de los 70 puntos ante España, lo que da una idea del nivel que ha mostrado la retaguardia de la selección durante todo el campeonato. En ese aspecto, Vives tuvo especial relevancia en la final. Encargado de frenar a Micic, una de las estrellas balcánicas, el jugador del Joventut cumplió un papel gris, fundamental para el triunfo. También lo fue la actuación del madridista Jorge Sanz (22 puntos), cuyo acierto desde la línea de tiros libres acabó por sepultar las opciones serbias en los últimos minutos, cuando la diferencia en el marcador, que había llegado a ser de nueve puntos (51-60, min. 34), se quedó en solo dos (59-61) a falta de un minuto para el final.

Fue entonces cuando apareció la templanza de Abrines —elegido mejor jugador del torneo— y el poderío reboteador de Díez —en el quinteto ideal— para sellar una victoria que supone el tercer oro para el baloncesto nacional, tras los logrados en los europeos sub 20 masculino y femenino.