España declara la guerra al caracol manzana

El Ministerio de Medio Ambiente ha tomado medidas para frenar la proliferación del llamado caracol manzana, que amenaza con causar graves daños a los arrozales españoles. Según la orden publicada ayer, queda prohibida su introducción en España y las plantas de acuario importadas deberán estar libres de formas vivas de esta plaga. Además, las cosechadoras que se trasladen desde las zonas afectadas deberán tener un certificado de limpieza.

Hace tres años que el Delta del Ebro sufre esta plaga del arroz. Ni la desecación de 9.500 hectáreas, ni la labor de voluntarios y técnicos, ni la cal viva han podido con los caracoles manzana. El peligro ahora es su extensión al resto de España y de Europa. La «Pomacea insularum» y la «Pomacea canaliculata» se han trasladado de unos países a otros gracias a su éxito como especies de acuario. Sin embargo, la FAO las considera una de las plagas del arroz más importantes del mundo, pues ocasiona graves daños en su cultivo y elevadas pérdidas. Además, son una amenaza para la biodiversidad de los humedales, pues consumen vorazmente especies de plantas acuáticas autóctonas.