Más calidad en las playas, salvo para los discapacitados
Más de 300 arenales cuentan con sellos de garantía Aenor, pero solo cuatro por la correcta adaptación de sus accesos
Las rocosas catedrales nacidas en la playa de Lugo, la fresca y tranquila agua de Fuenterrabía en Guipúzcoa y la fina y dorada arena de la oleada Santa María del Mar, de Cádiz, están de enhorabuena. En ellas, y en 21 playas más, ondea por primera vez la bandera que avala su calidad.
La Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) se ocupa, desde hace seis años, de evaluar el compromiso de las playas españolas con la calidad, la gestión ambiental y la accesibilidad. En este tiempo, 229 arenales han conseguido izar 326 banderas Aenor, prueba de que han conseguido superar todos y cada uno de los requisitos impuestos por la que es una de las 10 certificadoras más importantes del mundo.
La Comunidad Valenciana, con 182, es la que más enseñas atesora, seguida de Cataluña (45) y el País Vasco (37). Las grandes diferencias entre comunidades se deben a que unos municipios han tardado menos que otros en darse cuenta de la importancia de que un tercero independiente y reconocido certifique ante el mundo el compromiso en las playas con la calidad, con el medio ambiente o con la accesibilidad para personas con algún tipo de discapacidad, las tres materias en las que se centra Aenor.
«Una película, no una foto»
«Los ayuntamientos han entendido que las playas hay que cuidarlas, porque son un patrimonio importante y una fuente de riqueza», explica Jaime Fontanals, director de Nuevos Productos de la entidad. De hecho, son los propios municipios los que deciden someterse al examen y asumir el resultado. Y mejorar, siempre mejorar, porque -como dice Fontanals- «la evaluación no es una foto, sino una película». El reconocimiento de Aenor dura tres años, pero se revisa al menos una vez al año para «comprobar que los gestores de las playas han propuesto acciones de mejora y las están llevando a cabo», detalla.
El certificado más extendido en España es el de Gestión Ambiental, con el que cuentan 225 playas y que se rige por la norma ISO 14001. Los arenales que han logrado esta bandera se caracterizan por su eficiente servicio de limpieza, el control de los vertidos, la disminución constante del consumo de agua y energía y la buena conservación del medio rural, en la que las emisiones atmosféricas y el ruido están vigiladas. El reconocimiento de Gestión de Calidad ISO 9001 lo han logrado 97 playas, en su mayoría valencianas, que cuentan con aguas perfectamente aptas para el baño y una arena limpia de, por ejemplo, bacterias; además, de servicios (chiringuitos, quioscos, servicios de socorrismo…) que cumplen con la legislación y usuarios satisfechos. «A los ayuntamientos les aporta confianza ver que han alcanzado las condiciones adecuadas y quienes van a la playa lo valoran más», afirma convencido Fontanals.
Si esto es así, el último dato no sólo es una mala noticia para los ayuntamientos, sino para toda la sociedad: sólo cuatro playas han conseguido el certificado de accesibilidad universal UNE 170001. La playa de Santa Marina (Asturias) y las valencianas Racó de Mar, Puerto de Sagunto, l'Almarda y Corinto son las únicas playas que han probado ante Aenor que cuentan con pasarelas y rampas que llegan hasta el mar y tienen equipos y personal capacitados para que las personas con discapacidad también puedan disfrutar del baño.
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