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Abel Matutes: «El Turismo "tirará del carro" de la economía pero con políticas apropiadas»
El Turismo, junto con las exportaciones emerge como el único motor de la economía española que continúa activo. Las cifras así lo constatan: representa casi el 10% del PIB y cerca del 11% del número total de empleos de España. «Sin turismo no habrá recuperación», avisa Matutes


Cerca del 10% del PIB y alrededor del 11% del número total de empleos de España. Son las dos grandes magnitudes que avalan al turismo español como uno de los sectores clave de la economía española, dentro de un marco económico-político nada favorable. Y Abel Matutes, presidente de la Mesa del Turismo, es consciente de ello. Reconoce que hay que reinventar el turismo, sí, pero también hay que poner empeño para ello y que siga tirando de la maltrecha economía española. Desde su nombramiento, Matutes, empresario ligado al Turismo y ex ministro de Asuntos Exteriores en la primera legislatura de José María Aznar, se propuso «intensificar el diálogo con el Gobierno y los demás representantes del sector». Y en esas sigue:
«En estos difíciles momentos para la economía española, todo lo que sea bueno para el turismo, es bueno para España porque genera empleos, divisas y reduce la deuda exterior de España. De todo ello tiene que tomar nota el Gobierno español, sea del color que sea porque es un tema del Estado que requiere políticas de Estado».
—Vivimos un momento lleno de contradicciones, pero el turismo sigue siendo un sector clave para la economía española...
—Sí, es así. El turismo representa casi el 11% del empleo de España, más del 10% del PIB, y es el único sector junto con la exportación, que en estos momentos continúa plenamente activo. En estos años, de gran bienestar pero que acabó en nuestra doméstica burbuja inmobiliaria, ha habido tres grandes motores que han tirado de la demanda. El primero, era el sector que engloba inmobiliarias, construcción e industrias auxiliares, que tiraron del empleo de forma decisiva. Ese motor con la crisis económica, y particularmente por la crisis inmobiliaria, se ha hundido, y ha perdido aproximadamente en los dos últimos años entre un 80-90% de su capacidad de generar demanda de empleo. Un segundo motor, ha sido el consumo de las familias. Con unos intereses bajos y con unos créditos al alcance de la mano, las familias españolas han tirado del consumo de un modo enorme en los últimos años. ¿Qué ha pasado con la crisis? Con el desempleo y con el excesivo endeudamiento de las familias y el deseo de ahorrar ante lo incierto del futuro, su consumo se ha desplomado en más de un 40%. Y, por último, el turismo y la exportación, si bien quizás sea el único sector que incluso ha quedado en pie.
—¿Por qué?
—Las empresas que han ido desapareciendo en los distintos sectores no han vuelto a regenerarse. En el turismo, a pesar de que hay una parte del mismo, la plazas hotelera sobre todo, que ha atravesado y sigue atravesando, muchas dificultades, ha logrado mantenerse en pie. Entre un 2-3% de las plazas hoteleras se han perdido en los últimos 3-4 años, lo que quiere decir que si en un momento determinado viene un incremento de la demanda turística, el sector está en una posición de responder, que es lo que ahora está pasando.
—¿Cuál es realmente el problema?
«Debemos reinventar el modelo para alargar la temporada y mejorar la calidad»
—El sector tiene dificultades estructurales, de competitividad, que exigen reformas, por parte de las administraciones, tanto de la central como de las autonómicas. Y el hecho de que ahora disfruten de una cierta ola de prosperidad debido a los infortunios de nuestros vecinos competidores (como Egipto, Túnez y Marruecos) no debemos olvidar que están en condiciones de prestar esos servicios, y por ello habrá un gran incremento del PIB turístico este año, o eso se prevé, sin olvidar que tenemos unas dificultades estructurales que debemos superar aprovechando este tirón de bonanza.
—¿De qué dificultades estructurales hablamos exactamente?
—Nuestro sector no es lo suficientemente competitivo. Los costes de la hostelería, el principal subsector del turismo, son un 100% superiores, esto es, el doble, de los que tienen nuestros competidores del Mediterráneo, que de hecho, para superar las dificultades por las que pasan, están haciendo unas ofertas que para nosotros son imposibles de alcanzar, ofertas por debajo del coste. Urge ganar competitividad.
—¿Cómo?
—Por un lado, reduciendo costes, y aquí hay muchas cosas de las que hablar. Por ejemplo, tenemos un IVA muy alto. Francia acaba de reducir el IVA del sector turístico al 5,5%, y tradicionalmente lo ha tenido por encima del 10%. También urge un mejor funcionamiento de la administración. Es sumamente importante que la labor del Gobierno en esta materia esté debidamente coordinada, para lo que se creó la Comisión Interministerial de Turismo, presidida por el ministro de Turismo —habida cuenta de que son competencias horizontales—, pero en los últimos años ni se reúne con periodicidad ni sabemos de medidas que se hayan tomado.
—¿Solo reduciendo costes mejoraremos?
—No, no. Claro que no. También es importante la calidad de la oferta. La falta de unidad de mercado es una auténtica lacra. No podemos olvidar que hoy tenemos en España 17 comunidades autónomas, y como buena parte de la ordenación turística está transferida, disponemos de 17 leyes generales turísticas distintas, de forma que para el sector, sobre todo para las cadenas hoteleras, es más fácil ser internacional que tener establecimientos en las distintas comunidades españolas.
—Tampoco parece muy conveniente dedicar solo nuestros esfuerzos al turismo de sol y playa...
—Si bien es verdad que no se puede prescindir del turismo de sol y playa, deberíamos complementarlo con segmentos de oferta de gran potencial, como es el turismo cultural, que no está debidamente promocionado en España, el de congresos, que va unido al turismo de golf y náutico, turismo musical... Son turismo de gran potencial que complementan el turismo de sol y playa, cualitativamente mejoran la calidad de nuestro turismo y cuantitativamente alargan la temporada de verano que cada vez es más corta. En este sentido hay que reinventar el modelo y ampliarlo con una adecuada oferta complementaria que permita alargar la temporada y mejorar la calidad de nuestros visitantes.
—¿A través de qué políticas?
—Como las competencias están tan desperdigadas, es complicado. Es claramente un problema de Estado. Todo lo que es bueno para el turismo es bueno para el empleo, y para España. Y de ello tiene que ser consciente el Gobierno, sea del color que sea.
—¿Con un Pacto de Estado valdría?
«Hay que complementar el turismo de sol y playa con otros segmentos»
—Sí. De hecho, quiero recordar que recientemente se ha llegado a un pacto, a instancias del Ministerio de Turismo, y aprobado por todas las autonomías, para la prevención del litoral mediterráneo, las islas y levante, que consiste básicamente en dejar muy claro que todos aquellos espacios vírgenes y preservados de la costa, tienen que continuar lo más protegidos posible, pero al propio tiempo como hay que ensanchar esa oferta complementaria, hay que utilizar elementos de esa oferta de más calidad de la que hablábamos —campos de golf o puertos deportivos...— en aquellas zonas que ya están deprimidas, con exceso de edificación y estropeadas, que al mismo tiempo que te generan esa oferta de mayor valor añadido te sirvan para recuperar el territorio. ¿El peligro? que en determinadas autonomías en las que impera la cultura del no, no se entra en esa disquisición, matización, y dicen que ni un solo campo deportivo más, cuando se entiende que es para recuperar el paisaje, y oxigenarlo y propiciarle un atractivo que hoy no tiene. Se logra con legislaciones incentivadoras que creen un marco que resulte atractivo para la inversión privada, sin necesidad de recursos públicos. Es lo que pedimos desde la Mesa del Turismo, y ha habido consenso total con todos los partidos.
—¿Con la bajada del IVA se compensaría parte de esa falta de ingresos de la que adolece el sector?
—El año pasado la subida del IVA fue una penalización muy importante para el sector. Al final el turismo es una exportación. El sector ha hecho en este sentido peticiones a todos los partidos. Nuestra idea es que se quede en el tipo más reducido posible. Hablamos de un IVA superreducido del 4%. Además, habría que reducir las tasas aeroportuarias y portuarias, para que los costes bajen y la competitividad aumente.
—Con este Gobierno, complicado...
—Ha habido unos problemas de déficit público que en estos momentos ha hecho que los mercados hayan puesto la atención sobre España, por lo que ha aumentado la prima de riesgo... lo cierto es que esos planes de consolidación fiscal deben ir siempre necesariamente acompañados de planes de reactivación de la actividad privada, porque con la simple consolidación fiscal vas «matando» el déficit, pero si paralizas el crecimiento de la administración no generas recursos. La gran ventaja de nuestro plan es que supone un gran relanzamiento de nuestra actividad, que no es solo de generación de más recursos, es también de generación de divisas. Lo que debemos de tener claro es que no habrá recuperación económica sin la recuperación del turismo.
—¿Urge una mayor colaboración público-privada?
—Exactamente, que asegure la calidad y que mantenga en los primeros puestos del liderazgo mundial a nuestro mercado, a pesar de los precios.
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