Margherita Missoni: «Mi rincón de veraneo es la casa familiar de Cerdeña»
Embajadora y diseñadora de accesorios de Missoni y amiga del clan Casiraghi, Margherita siempre vuelve a su «cara Italia»
Tercera generación de uno de los grandes clanes de la moda italiana, Margherita ha sabido ganarse un lugar en la empresa familiar, fundada en Varese por sus abuelos, Ottavio y Rosita. A sus 28 años vive en Milán, donde trabaja bajo las órdenes de su madre, Angela Missoni. Considerada una de las mujeres más elegantes, brilla por su estilo «hippy-chic» a prueba de imitaciones.
—¿Vacaciones tranquilas o marcha a tope?
—Me gustan las vacaciones muy tranquilas, pero adoro los fines de semana de fiesta, con marcha a tope.
—¿A qué hora se levanta y a qué hora se acuesta?
—Me levanto muy temprano, sobre las siete de la mañana, a veces incluso a las seis y media. En vacaciones lo más tarde que me levanto es a las nueve, y me voy a la cama a la una o dos de la mañana. Ya no duermo como antes.
—¿Su rincón favorito?
—Me gusta conocer sitios nuevos. Este verano me voy de safari a África y unos días a Tánger. Pero siempre regreso a la casa familiar que tenemos en la isla de Cerdeña, ese es mi rincón.
—¿Mar o montaña?
—Prefiero la playa.
—¿En qué ciudad se perdería?
—Qué difícil.... en Tokio, como en la película de Sofía Coppola.
—¿En familia o sola?
—Con mi familia, en la casa de Cerdeña. Los Missoni somos una tropa y juntos nos divertimos mucho. Pero también me gusta pasar algunos días con mis amigos.
—¿Cuál es su banda sonora del verano?
—El reggae, desde Bob Marley y los clásicos hasta los grupos locales más desconocidos.
—¿Cuál es su plato del verano y dónde y con quién le gusta disfrutarlo?
—La ensalada caprese, con tomates cherry y mozzarella fresca.
—¿Y su bebida?
—Los franceses la llaman «piscine de champagne»: es un gran vaso de champán con mucho hielo.
—¿Sus lecturas de verano?
—Me gustan las novelas históricas, las biografías y las memorias. Amo los libros de Maria Bellonci, que se especializó en la vida de Lucrecia Borgia y las grandes mujeres italianas del Renacimiento.
—¿El verano de su vida?
—El año pasado. Fue un viaje a la India con mis amigos. Fue inolvidable.
—¿Sus direcciones para disfrutar de un gran día?
—Hay un sitio increíble para comer en Nerano, en la Costa Amalfitana, que se llama «Lo Scoglio». Tiene la mejor comida del mundo y las vistas del mar Tirreno y el Golfo de Salerno desde allí son únicas.
—¿De qué huye en vacaciones?
—Del móvil, definitivamente. Intento evitar hablar por teléfono,
—Por último, las cosas imprescindibles de su maleta son...
—Siempre llevo conmigo un protector solar. Uso el nivel más alto de Esthederm, es el mejor porque no lleva Factor de Protección Solar o SPF, que protege pero hace mal a la piel. Llevo muy poco maquillaje, prefiero broncearme. Tampoco uso perfumes. Para mí es imprescindible un colorete en crema y máscara de Bobbi Brown, una crema de limpieza de cutis de Cellex-C, un humectante de Creme de la Mer, un champú farmacéutico sin químicos de Restivoil y el acondicionador de La Prairie. Solo llevo una maleta de mano a todos mis viajes. Los vestidos de Missoni son geniales porque casi no ocupan sitio. Jamás llevo tacones durante estos meses, prefiero los mocasines y las sandalias planas.
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