La Almudena se engalana con arte
La Catedral presenta sus nuevos relieves y esculturas para su fachada principal a un mes de recibir al Papa
Los pasajes de San Pedro y San Pablo figurarán en los nuevos relieves proyectados por el escultor José Luis Parés para la fachada exterior de la Catedral de La Almudena, una obra que el autor considera «muy emotiva» cuando falta un mes para la próxima visita del Papa a España. Elaborados en piedra caliza blanca de Alicante, «muy dócil» de trabajar, según explicó ayer el catedrático de Bellas Artes José Luis Parés, los relieves quedarán instalados en el exterior de la catedral madrileña a finales de esta semana, tras un montaje «arduo y complicado» por el peso de la obra.
Para su autor, que ya elaboró los cuatro evangelistas del interior de La Almudena y los escudos exteriores y muchas de cuyas esculturas están repartidas por distintos puntos de Europa, los relieves terminados ahora son su obra «más importante», tanto por la envergadura de los mismos como por el sitio en el que lucirán. Ambos se centran en el pasaje de San Pablo camino de Damasco, cuando es rodeado por un resplandor de luz, y el pasaje de San Pedro, cuando Cristo entrega a Pedro las llaves del reino de los cielos.
José Luis Parés realizó, además, una escultura de San Pedro y dos escudos, uno del cardenal Suquía, quien reanudó las obras de la catedral, y otro del cardenal actual, Antonio María Rouco Varela. Por su parte, el también escultor Marco Augusto Dueñas ha sido el encargado de realizar las esculturas de los arcángeles San Miguel y San Gabriel, cuatro relieves y el Pantocrátor central de la fachada exterior de la catedral.
15 toneladas de peso
Según explicó Dueñas, los dos arcángeles están esculpidos en mármol de carrara y pesan alrededor de 15.000 kilos cada uno, por lo que la principal dificultad estriba en su colocación a ambos lados de la fachada de la catedral, trabajo en el que interviene una grúa de gran tamaño.
Para el escultor cordobés esta es su primera obra en Madrid, aunque ya cuenta con otras esculturas en lugares privilegiados, como una escultura de San Marón ubicada en una hornacina exterior de la Basílica del Vaticano. Las estatuas que representan La Anunciación de San Gabriel y a San Miguel matando al diablo miden cuatro metros de altura, y con ellas su autor pretende acercar «el mundo divino» a todos los públicos, «sean católicos o no». Marco Augusto Dueñas ha tenido un año para confeccionar su obra desde que recibiera el encargo.
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